Tras anunciar vuelos directos con Córcega, Génova o Corfú, no cabe duda de que el Mediterráneo ha supuesto una piedra de toque en las nuevas rutas del Grupo Iberia para este 2019. Hoy nos detendremos en la hermosa isla griega, destino que combina playas de ensueño, naturaleza virgen y una trepidante historia que se ha labrado con pasión durante siglos. Durante la temporada estival se ofrecerá un vuelo semanal desde Madrid (los sábados), creciendo hasta tres (miércoles, jueves y sábado) en agosto; en total, serán más de siete mil plazas las que ofrezca Iberia este verano para volar a Corfú, completando un mapa de rutas griegas que ya conformaban Atenas, Santorini, Mikonos y Creta.
Corfú es la segunda mayor isla del archipiélago jónico, ubicada en la parte norte del país y muy cerca de la Grecia continental. Su estratégica localización ha provocado conquistas y reconquistas por parte de romanos, bizantinos, godos, venecianos o británicos, entre tantos otros, crisol que ha dejado en la isla un legado cultural tan ecléctico como obligatorio. Su nombre en griego, Kérkyra, guarda especial relación con la mitología helena: Poseidón, dios del mar, se enamoró de Córcira, la raptó y la llevó hasta esta isla, otorgándole su nombre como privilegiado regalo de bodas. ¿Acaso no es romántico?
Comenzaremos la visita por la capital homónima, Corfú (arriba), que se alza poderosa en el eje central de la isla. Su agitada historia como enclave defensivo la dotó de imponentes fortalezas que aún hoy resisten estoicas el paso del tiempo en muy buen estado de conservación; su particularidad radica en que no sólo está gobernada por una fortificación, sino por dos: hablamos de la Fortaleza Vieja (Palaio Frourio, construida en lo más alto durante el siglo VI, en la época bizantina) y la Fortaleza Nueva (Neo Frourio, creada en el siglo XVII por los venecianos), dos puntos estratégicos desde los que antaño se intentaba librar de invasores la ciudad y desde los que hoy se pueden disfrutar de unas panorámicas inmejorables; en el interior de ambas, además, tienen lugar exposiciones, conciertos y diversas actividades culturales.
Fue dentro de estas fortificaciones donde se desarrollaron barrios como El Campiéllo, el más antiguo de la capital, una zona en la que respirarás encanto y tradición gracias a escenas pintorescas del día a día: casas de colores, ropa tendida al aire fresco y una cotidianeidad que te acabará enamorando; pasear por sus calles estrechas y empinadas se acaba convirtiendo en toda una experiencia. A lo largo del casco histórico te toparás con edificios tan diferentes como la Catedral católica de San Jacobo y San Cristóbal, del siglo XVI; la Iglesia de Agios Spyridon, el patrón de la isla, decorada en su interior por hermosos frescos y que muestra el rostro momificado del santo cuatro veces al año; o el Ayuntamiento, de marcado estilo veneciano.
Imprescindible resulta también la Spianáda, una plaza de gigantescas dimensiones que podemos considerar el centro neurálgico de Corfú y que alberga llamativas construcciones como el Palacio de San Miguel y San Jorge (edificado por los británicos) o el Listón, una zona pavimentada llena de cafeterías y restaurantes creada por los franceses a imitación de la Rue Rivoli parisina. Y, para finalizar el recorrido capitalino, dos museos: el de Arte Bizantino y el de Arte Asiático, uno de los más destacados de Europa en este sentido.
Pero Corfú es mucho más que su capital. No muy lejos en dirección sur se ubican la iglesia de Pantócrator de Pontikoníssi y el Monasterio de Vlachérna, dos de los puntos emblemáticos de la isla, famosos por su estampa bucólica e ideales para saborear con un atardecer en el horizonte.
Siguiendo esa dirección podrás conocer el Palacio de Achilleion (arriba), construido a finales del siglo XIX por mandato de la emperatriz Sissi para disfrutar allí de largas temporadas de descanso, en una suerte de columnatas, efigies y arquitectura pomposa para no desmerecer a un personaje de su talla; es una de las visitas más demandadas en Corfú, así que te recomendamos ir temprano para no sufrir largas colas.
Todo esto lo encontramos en la parte este de Corfú, por lo que ahora cambiaremos de tercio y llegaremos a Palaiokastritsa (arriba), en la costa oeste. Me aventuraré a decir que es mi lugar favorito de la isla, un pueblecito famoso por sus playas de arena fina y agua cristalina, sus pequeñas calas rodeadas de vegetación y unos profusos olivares en los que perderse; es también un lugar idóneo para practicar buceo o submarinismo y disfrutar del increíble ecosistema marino de la zona. Palaiokastritsa es igualmente conocido por su monasterio ubicado en lo alto de una colina, al que se puede llegar a pie y desde el que contemplarás el Mediterráneo en todo su esplendor. Una visita obligatoria, todo un must.
Y para completar el recorrido, justo en el extremo norte de la isla encontramos Sidari, uno de sus pueblos más conocidos: tiene como referentes su hermoso castillo de arquitectura veneciana, su animada vida nocturna y su Canal del Amor, un conjunto de cuevas y canales en los que, se dice, se cuenta, que las parejas que se bañen allí no tardarán en casarse. ¿Quieres probar? ????
Imágenes: CalinStan; Poike; wabeno; Milena Pigdanowicz-Fidera | Miguel Martínez Rabanal