Santorini ya está aquí, Santorini ya llegó. Si te digo “pequeño archipiélago circular formado por islas volcánicas”, ¿piensas en el paraíso? Queremos hacerte la boca agua turquesa, porque la buena noticia es que ese lugar idílico está más cerca que nunca, y todo gracias a los vuelos de Iberia.
EL VOLCÁN
Dicen que el volcán de Santorini es lo más parecido a Marte pero aquí en la Tierra, o al menos eso es lo que los científicos afirman. Por tanto, se puede decir que viajando a Tera, como también se conoce a Santorini, tendrás Cícladas – nombre que, aunque suene a constelación, es un archipiélago- y experiencia «Gravity» todo por el precio de uno. Si quieres tomar contacto con el espacio exterior dirige tus pasos a cala Balos, cuyas aguas se encuentran al sur de la isla. Con rocas que recuerdan a las del planeta rojo, tanto pisarla como fotografiarla deviene toda una sensación.
LAS PLAYAS DE INFARTO
Al sur de Cala Balos se encuentra la conocida como «Red Beach» o playa Roja, una playa pública espectacular, además de un lugar único e incomparable. La hallarás muy cerca de la ciudad prehistórica de Akrotiri, con sus ruinas y su encanto. De hecho, ambos rincones están a tan solo cinco minutos en coche el uno del otro, o a veinte andando. Lo que viene siendo un paseo.
Con su arena roja y negra y su atmósfera escarpada y salvaje, la playa Roja de Santorini no es para todos. Y no lo es por su acceso, un pequeño reto, pero uno que recompensa con creces. Aun si no completas el descenso, solo llegar y observar ese lugar de otro planeta ya es motivo de alegría. De todas maneras, difícil será que llegues y puedas resistirte a los encantos de un lugar con una geografía especial y con un azul cristalino tan cerca.
Una vez en la playa, ¿te imaginas cómo debe de ser bucear entre todo ese paisaje pero por debajo de la línea de aguas transparentes? Es lo más parecido a flotar en el espacio, a la pura ingravidez, o a sumergirse en un mar de sensaciones, aunque suene a cliché. De ahí que la playa Roja sea genial para practicar el buceo con gafas y tubo o el submarinismo.
Sí o sí, a Akrotiri tienes que hacerle hueco. Tienes que rendirle homenaje a ese pueblo cuyo sino fue quedarse enterrado bajo la erupción del volcán. Eso provocó que muriera intacto, es decir, que no muriera, que permaneciera embalsamado para nosotros, para disfrutarlo. Por tanto, vale la pena visitar este sitio de leyenda, que la historia vincula nada más y nada menos que a la Ciudad Perdida de la Atlántida.
LA LAVA
Y de vuelta al volcán, resulta curioso pensar que las islas de la caldera Santorini se aprecian desde el espacio. Irse de excursión al volcán de Santorini es lo más, siendo una gran idea hacerlo a bordo de una goleta tradicional. Muchas zarpan desde el antiguo puerto de Fira, y transitan por Nea Kameni (volcán) y Palea Kameni (aguas termales). Parte del atractivo reside en el hecho mismo de llegar al puerto, pues solo es accesible de tres maneras, a cual más peculiar: en teleférico, la más rápida y cómoda, además de vistosa; bajando unos célebres y temidos 600 escalones (el temor reside en la subida, no tanto en la bajada); o a lomos de un burro, como marca la tradición. Y tú, ¿cuál elegirás?
MUCHO MÁS
Para completar este alucinante viaje a Santorini, no olvides incluir en tu plan dos visitas y un atardecer: las visitas a la capital, Fira, y a la cercana Pyrgos, y la romántica y popular puesta de sol en el pueblo de Oia, ese que tantas postales ilustra, el que tu retina probablemente asocie con Santorini. Sin embargo, dicen que en el pueblo de Imerovigli los atardeceres son igual de espectaculares pero algo más tranquilos. Tú eliges.
Lo dicho, ¡Santorini te espera! De la mano de Iberia, dale la oportunidad a Grecia, uno de los destinos turísticos más deseados del Mediterráneo. ¡No te arrepentirás!
Fotos de Steve Jurvetson, Edward Dalmulder, Roberto Faccenda y Pedro Szekely | Marita Acosta