Aunque volar a Copenhague es siempre una buena idea, en nuestro post “Cómo ser un neo vikingo” ya te adelantamos que la época estival es la mejor para descubrir Dinamarca, con sus 23 grados de temperatura media y su buen tiempo.
Una vez en Copenhague, pronto te percatarás de que se trata de una ciudad de barrios, lo que facilita enormemente el proceso para armar la visita hasta componer su puzzle. Además de Norebro, del que te apuntamos que se ha convertido en el SoHo de la urbe, para el verano nos encanta Amager, ¿será por sus playas? ¿O por sus impactantes proyectos arquitectónicos?
A la isla de Amager se llega cruzando el puerto. Allí, este rincón menos transitado de la ciudad es un oasis que combina naturaleza, agua y arquitectura, un refugio en el que abundan los planes originales y creativos. Uno de ellos consiste en descubrir su privilegiada arquitectura (y, de paso, hacer muchas fotos); el oeste de Amager y Ørestad, comunicado con el centro de la ciudad por una nueva línea de metro, son auténticos hervideros de vanguardia, barrios que son sede de varios edificios inspiradores, véase:
– Los premiados edificios residenciales VM Mountain, o Viviendas de la Montaña. Se trata de dos bloques de apartamentos, uno con forma de “V” y el otro de “M”, cuyos osados balcones triangulares, que sobresalen de la fachada del edificio, hacen pensar en las púas de un erizo.
– 8Tallet. El nombre del edificio, diseñado por Bjarke Ingels, hace justicia a su original construcción en forma de 8. Situado en Richard Mortensens Vej, esta obra se aleja diametralmente del concepto de bloque de viviendas tradicional, lo que siempre resulta inspirador. No en vano, recibió el premio a la Casa del Año 2011. Ve y descubre por qué.
– Como no hay dos sin tres, no queremos despedirnos de la arquitectura de referencia de Amager y Ørestad sin la instantánea del DR Concert Hall (en Ørestads Boulevard, 13), diseñado por Jean Nouvel, un arquitecto que no requiere presentación alguna. La fama de su privilegiada acústica le precede, así como su envidiable estética: un imponente y brillante cubo azul envuelto en seductoras imágenes.
Prosigamos.
Es el turno de la isla de Refshaleøen, para muchos el nuevo barrio de moda de Copenhague. Estamos ante un área emergente que atrae tanto a artistas como a espíritus creativos en general, ¿será por sus planes algo locos, como por ejemplo esquiar por una pista artificial en la cima de una planta de energía de desecho en CopenHill? Aunque para esto último habrá que esperar hasta octubre de 2019, Refshaleøen es desde ya un célebre rincón gourmet, entre panaderías eco, cervecerías artesanas y el mercado de Reffen. Refshaleøen cuenta también con una sugerente escena cultural, siendo uno de sus principales golpes de efecto el Copenhagen Contemporary (CC), que ocupa la antigua sala de soldaduras del astillero de B&W. Muy industrial y muy chic.
Siguiendo con las ideas locas que estimularán tu creatividad, ¿qué mejor para ello que una mini dosis de descanso vacacional? Te proponemos relajarte en tu propio “parquipelago”, ¡tal como suena! Para ello solo tienes que alquilar un bote eléctrico y dirigirte a tu propio pequeño paraíso, todo sin salir de Copenhague. Se trata de un concepto innovador de islas flotantes, que durante el verano se distribuyen por las zonas menos utilizadas del puerto, sirviendo como vía de escape a la creciente cantidad de kayaks, marineros y demás usuarios del puerto. Divertido y original.
En definitiva, Copenhague no solo es esa ciudad “cool” de planes de vanguardia. También es una ciudad un poco loca, cuyos barrios diferentes nunca dejan de sorprender y de inspirar. Aprovecha su verano para exprimirla a tope. ¡Iberia te lo pone fácil!
Fotos: badahos y www.visitcopenhagen.com | Marita Acosta