Debemos ejercitarnos en nuestra vida diaria para poner en marcha un buen ánimo cuando lo creamos oportuno, para tener una existencia más feliz y no esperar que nuestro mecanismo de defensa lo realice cuando ya estamos al límite de nuestras posibilidades.
Si queremos recuperar la risa de forma natural, tendremos que seguir unas pautas:
- Recuerda aquellas cosas que de pequeño te hacían feliz, seguro que aun hoy en día te hacen reír.
- No te alejes de las diversiones. Muchas veces cuando estamos tristes no queremos ir a lugares o reuniones divertidas y, sin embargo, cuando asistimos, la mayoría de las veces nos sorprendemos de lo bien que lo pasamos.
- Dedica unos minutos al día a realizar estiramientos de brazos y piernas, mover la cabeza de derecha, izquierda y circularmente y sobre todo haciendo especial hincapié en mover todos los músculos faciales.
- Piensa en las cosas que más te gustan, no permitas que tus pensamientos se ocupen de aquello que no te gusta.
- A partir de hoy siempre que rías, intenta realizar movimientos libres. La risa es flexibilidad, espontaneidad.
- Anímate y valórate constantemente. La percepción de nosotros mismos y nuestras capacidades y cualidades cambia con nuestro estado de ánimo. Por eso cuando estamos alegres y felices nos fijamos más en nuestras cualidades e incluso nuestros defectos los percibimos como más suaves o les quitamos importancia.
- Es bueno tener conciencia objetiva de nuestras cualidades y capacidades para animarnos y valorarnos a menudo en nuestra vida.
Modificar esta forma de actuar es mucho más factible de lo que suponemos, aunque es necesario vencer ese primer impulso permanente de creer que es difícil. Son ejercicios fáciles que nos ayudarán a vivir mucho más felices. Practicarlos sólo nos traerá beneficios y se pueden integrar en nuestra vida de una forma fácil y progresiva.
Para llegar a hacer un cambio efectivo es importante también que aprendamos a llenar de optimismo los problemas. Aquí van algunos consejos para conseguirlo:
- La causa principal de nuestra tristeza son los problemas cotidianos. Lo mejor es aprender a reírse de ellos. Cuando nos reimos de algun problema, estamos poniéndonos por encima de él, estamos liberándonos de la carga emocional que nos infringe y poniéndonos a una distancia emocional que nos dará una perspectiva ideal para encontrar la solución definitiva.
- Escribe una lista de los problemas sobre los que no tienes ningún control, después átalo a un globo y suéltalo o quema el papel, liberándote de ellos de una vez.
- Cada vez que realices un ejercicio de éstos u otro similar, prémiate. No dudes en premiarte cuando realices progresos. Cuando queremos adquirir nuevos hábitos, aquello que no premiamos no se refuerza en nuestro interior.
Desde luego debemos tener en cuenta que todo esto cuesta su tiempo llevarlo acabo, ¡así que cuanto antes empecemos mejor!
Foto | Piulet