¿Nos vemos en Liubliana, la capital de Eslovenia?

23/01/2020

2020 viene cargado de novedades en Iberia y, como de costumbre, el anuncio de nuevas rutas es una de las noticias que mayor expectación genera: Liubliana se ha convertido en uno de los nuevos destinos Iberia para este año, con vuelos directos desde Madrid que arrancarán el 28 de julio y que estarán activos durante cinco semanas. Hablamos de cuatro frecuencias semanales (martes, miércoles, jueves y sábado) operadas por aviones A319 y A320, con capacidad para 141 y 180 pasajeros, respectivamente. Pero… ¿y qué nos ofrece la capital de la República de Eslovenia? Edificios históricos y patrimonio arquitectónico de singular belleza, espacios verdes de primer nivel y, claro está, un apartado puramente gastronómico que no te dejará indiferente. ¡Volamos a Liubliana, volamos a los Balcanes!

Antes de adentrarnos en la magia de la capital eslovena, es importante que sepas que el dragón es su símbolo más preciado, porque te acabarás preguntando el motivo de tantas referencias a lo largo y ancho de la ciudad. Y es que cuenta la leyenda que fue aquí donde Jasón, uno de los grandes héroes de la mitología griega, y sus argonautas vencieron a un dragón de imponentes dimensiones durante la búsqueda del vellocino de oro; hay quien asegura, incluso, que el espíritu del animal protege Liubliana desde entonces. Lo encontrarás en la bandera de la ciudad, en múltiples formatos de souvenirs y, por supuesto, en el famoso Puente de los Dragones (Zmajski Most), que atraviesa el río Ljubljanica y representa uno de los emblemas de la ciudad: construido en 1901, fue uno de los primeros puentes de hormigón armado en Europa y está considerado como referente dentro del estilo arquitectónico de la Secesión de Viena. Hay más de veinte dragones en el puente, aunque destacan los cuatro de chapa forjada que se alzan en sus esquinas (abajo).

El otro gran símbolo arquitectónico de Liubliana es un impresionante castillo (Ljubljanski Grad, imagen principal) que domina la ciudad desde lo alto y que lleva en pie desde el siglo XII. Es posible subir a pie rodeando la colina sobre la que se asienta (personalmente, te recomiendo esta opción para disfrutar del bosque urbano) y también en un funicular que te lleva hasta la cima; para acceder tendrás que atravesar un puente medieval y, una vez dentro, tendrás la oportunidad de disfrutar de un exquisito patio central, de la Torre de los tiradores o de la Torre de Erasmo. Pero, sin duda, lo mejor de llegar hasta el castillo es la impresionante panorámica de 360º de Liubliana que podrás disfrutar desde lo alto. ¡Espectacular!

Muy cerca del río se ubica la Plaza Preseren (arriba), lugar por el que pasarás en más de una ocasión gracias a su céntrica ubicación y que te sorprenderá por el magnífico ambiente que ofrece a cualquier hora del día: bares y restaurantes de comida típica acompañan a monumentos de la talla de la Iglesia de la Anunciación, de fachada barroca y llamativa por su color rojizo, la estatua en honor a France Preseren, el autor más destacado de la poesía eslovena, o el famoso Puente Triple (Tromostovje), que cruza el Ljubljanica en tres brazos y supone el principal punto de acceso al foro. Otros edificios significativos de la capital son la Catedral de san Nicolás, levantada en el siglo XVI, su Ayuntamiento (Rotovž), donde las campanas tañen tocando el Himno de la Alegría, o el Museo Nacional de Eslovenia, un palacio neorrenacentista de 1821 que narra la historia del país a través de una selección de piezas que abarcan desde la prehistoria hasta nuestros días.

Sus amplios parques y su concienciación para con la naturaleza permitieron que Liubliana fuera designada Capital Verde Europea en 2016. A lo largo de la ciudad encontrarás grandes espacios naturales como el Parque Miklošič, de estilo art-nouveau, el Jardín Botánico, creado en 1810, y, claro está, el Parque Tívoli, el más importante de todos, en cuyo interior encontrarás amplios paseos, jardines con profusa vegetación, un invernadero y varios museos.

Y, aunque es algo que desarrollaremos en profundidad llegado el momento, seguro que el recorrido por Liubliana te ha abierto el apetito y ha llegado la hora de saborear alguna de las especialidades culinarias del país. El producto más famoso de Eslovenia quizá sea su Kranjska klobasa, una salchicha con denominación de origen elaborada con carne de cerdo ahumada, pimienta, ajo y sal que hasta protagoniza festivales gastronómicos; lo habitual es servirla acompañada de chucrut, mostaza y un panecillo. No menos conocidas son sopas como el Bograč, de carne y parecida al goulash, o la Jota, de repollo, patata y costillas, o los quesos de la región de Velika Planina. Y para finalizar con un dulce sobre de boca, nada mejor que su famosa Potica, un rollo relleno de nueces o pasas.

No está nada mal para ir adentrándonos en Liubliana y Eslovenia, ¿verdad? ¡Un nuevo destino de lo más llamativo! ¡Nos vemos en verano en los Balcanes!

Imágenes | kasto80YayaErnstLeoPatrizizeleno