El imponente Jardín de Cactus de César Manrique, en Lanzarote, cumple treinta años

04/08/2020

Desde hace décadas, las maravillosas Islas Canarias han estado marcadas por el legado de uno de sus hijos más queridos, el arquitecto, artista y conservacionista César Manrique (1919-1992): no solo fue el artífice de magníficos edificios y estructuras repartidas por su Lanzarote natal y el resto de islas, también una figura clave para mantener a Lanzarote libre del desarrollo urbanístico temerario que ha cambiado la fisonomía de no pocos destinos vacacionales. Este año se conmemora el 30º aniversario de una de sus obras más conocidas, la última que ejecutó en su tierra: por eso el Jardín de Cactus resulta tan especial.

Ubicado en la pequeña localidad de Guatiza, al noroeste de Lanzarote, se trata de una antigua cantera de roca volcánica con 5.000 metros cuadrados de extensión: diseñado siguiendo la forma de un anfiteatro, y coronado por un precioso molino encalado, alberga 4.500 especímenes de unas 450 especies diferentes; y no solo de las Islas Canarias, también del resto del mundo.

Los senderos interiores del recinto están hechos de piedras volcánicas que te animan a caminar y descubrir de primera mano esta maravilla natural. En el centro del jardín encontrarás una colección de cactus esbeltos e imponentes, esferas regordetas y espinosas y también cactus que se asemejan más a árboles, en varios tonos de verde; todos se encuentran etiquetados por ubicación, nombre botánico y nombre común. Tamaño caleidoscopio de formas, tamaños, flores, agujas afiladas, espinas y hojas no te dejará indiferente, seguro.

También tienes la oportunidad de relajarte y disfrutar de la increíble panorámica del jardín que ofrece la terraza cubierta de su cafetería mientras degustas una bebida fría o de la buena gastronomía del terreno: papas arrugás con mojo picón, queso de cabra local o, estando donde estamos… ¿qué tal una original hamburguesa de cactus en la que combinan nopal, patata, cebolla y maíz, servido con salsa de leche de cabra y queso ahumado? Suena bien, ¿verdad?

De igual manera, el recinto alberga una tienda de regalos con peculiar planta redonda en la que podrás encontrar regalos inspirados en cactus como tazas, artesanías locales o cremas y cosméticos derivados de estas plantas. Desde las estrechas escaleras que llevan a la tienda tienes una vista más alta del jardín y podrás contemplar los elementos utilizados en la molienda del gofio, uno de los productos típicos de la cocina canaria, que también puedes disfrutar en el restaurante.

En el pasado, de esta cantera se extraían cenizas volcánicas y arena que se depositaban más tarde sobre el terreno de viñedos y granjas con objeto de retener la humedad el rocío de la mañana, fundamental para la agricultura local. Su ubicación en el norte de la isla fue elegida por ser una de las principales áreas en el cultivo de la tuna, cultivada para producir insectos llamados coloquialmente cochinillas, que producen un tinte natural de tonalidad rojo intenso conocido como carmín y que se emplea para dar color a alimentos y elementos textiles.

César Manrique fue un visionario ambientalista mucho antes de que se pusiera de moda, permitiendo que los paisajes y recursos naturales inspiraran y guiaran sus diseños; también supo darse cuenta de cómo el turismo podía ayudar a los canarios a mejorar la economía de la zona, pero siempre a través de un turismo responsable, respetuoso con los ecosistemas de una isla como Lanzarote, a la que adoraba y a la que se refería como su musa. Todas sus obras anteponen los recursos medioambientales.

Otras grandes obras de César Manrique en Lanzarote son el hermoso Mirador del Río, un área de observación en la cima de un acantilado en Risco de Famara que ofrece increíbles vistas de la pequeña isla de La Graciosa, en el norte de Lanzarote. En la localidad de Haría, donde vivió el propio artista, los famosos Jameos del Agua (arriba) conforman un hermoso complejo de pasillos, escaleras, una piscina de agua salada, un restaurante y un auditorio de 500 plazas con una acústica increíble; todo ello construido en un tubo de lava volcánica y adornado por fuera con un estanque y un palmeral. Y a poco más de diez minutos desde los Jameos, también es posible realizar una visita guiada a las Cuevas de los Verdes, otro túnel volcánico de un kilómetro de largo que Manrique (junto con el arquitecto Jesús Soto) dotó de una iluminación especial para resaltar las formaciones rocosas y sus colores fríos.

Este 30º aniversario del Jardín de Cactus y las obras del gran artista César Manrique ofrecen una nueva dimensión a las tradicionales vacaciones de sol y playa en Lanzarote, resaltando un respeto al medio ambiente que se hace fundamental hoy más que nunca. ¡Es una experiencia única!

Imágenes | BremecRClaudia NassCACT LanzaroteFominayaphoto