Durante generaciones se nos ha enseñado que el archipiélago canario, ese increíble paraíso bañado por el sol a no mucha distancia de la costa africana, estaba compuesto por siete islas: Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, Fuerteventura, La Gomera, El Hierro y La Palma. Y era cierto, obviamente. La cuestión es que en 2018 se agregó al archipiélago una nueva isla de pleno derecho, la octava: si lo que realmente buscas es desconectar y descansar, La Graciosa es un destino ideal.
Ubicada en la punta más al norte de Lanzarote (y aún administrada por esta isla, en concreto desde el municipio de Teguise), a La Graciosa se puede acceder en un ferry de media hora de duración desde la población de Órzola. Hablamos de un enclave de 29 kilómetros cuadrados que tiene la peculiaridad de estar salpicado por colinas: la más alta, Agujas Grandes, alcanza los 266 metros de altura.
También es uno de los últimos rincones de Europa donde las carreteras no están pavimentadas, sino que aún conservan caminos de arena; no en vano, son pocos los vehículos motorizados que existen en la isla, más allá de un puñado de taxis. Su población no llega siquiera a mil personas (el último censo registró 750 habitantes), y se concentra principalmente en un par de asentamientos: una comunidad de viviendas destinada al fin de semana y vacaciones llamada Casas de Pedro Barba y, ya de mayor tamaño, el pueblo de Caleta de Sebo, ubicado en el sureste de la isla, compuesto por un conjunto de casas encaladas y una docena de bares y restaurantes. La isla recibe alrededor de 25.000 visitantes al año, y su oferta de alojamiento se distribuye en forma de pensiones, casas de huéspedes, apartamentos y un camping.
Probablemente, el mayor atractivo de La Graciosa sean sus playas de arena blanca, generalmente de pequeño tamaño y casi vírgenes, con pocas o ninguna de las comodidades que sí existen en otros puntos de la costa canaria; y ahí está precisamente la clave de su encanto para muchos de los visitantes. La más conocida, la Playa de la Cocina tiene menos de cien metros de extensión y está considerada como una de las más hermosas de Canarias. También hay otras no tan célebres, pero no por ello menos espectaculares: Caleta de Arriba, Playa Las Conchas (arriba) o Playa El Salado, la más larga de todas con dos kilómetros y donde se encuentra el citado camping, son buenos ejemplos. Además de tomar el sol y pegarse un buen chapuzón en aguas atlánticas, estos arenales también son ideales para practicar surf, windsurf y kitesurf, y sus aguas de color turquesa también ofrecen oportunidades a los aficionados del buceo y para el avistamiento de ballenas y delfines.
Los amantes de la naturaleza también encontrarás en esta isla canaria diferentes rutas para practicar senderismo y ciclismo, bicicletas eléctricas incluidas: una de ellas, circular y de 32 kilómetros, recorre un árido pero hermoso paisaje que forma parte del archipiélago Chinijo, protegido y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se trata de la mayor reserva marina de Europa, un sub-archipiélago en el norte de Lanzarote compuesto por diferentes islas e islotes y los mares que los rodean. ¡Espectacular!
Así que… toma nota. ¿Buscas unas vacaciones con un clima inmejorable y alejado del mundanal ruido? ¡La Graciosa, en las Islas Canarias, te está esperando con los brazos abiertos!