Explorando Cantabria a través de sus seis vías verdes

30/09/2021

Si aún no estás familiarizado con el concepto de ‘vías verdes’, debes saber que son corredores naturales en espacios abiertos que discurren a lo largo de formaciones naturales como ríos o arroyos; también, en algunos casos, a través de elementos artificiales como vías de ferrocarril abandonadas, que se encargan de marcar el camino. En España es muy común esta última acepción: nuestro país cuenta con más de 3.200 kilómetros de antiguas vías de tren que, durante la última década, se han convertido en vías ciclistas o peatonales administradas por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

El norte de España es especialmente rico en estas vías verdes, sendas que destacan por su accesibilidad y por los preciosos parajes que van dejando a su paso. Seis de ellas las podemos encontrar en Cantabria, una región conocida por gran riqueza natural y por su variedad paisajística, desde la escarpada costa del Golfo de Vizcaya hasta la imponente cordillera de los Picos de Europa; y a todas estas vías verdes se puede acceder con relativa facilidad desde la capital cántabra, Santander, destino al que vuela Iberia.

La Vía Verde de Besaya

A tan solo media hora hacia el oeste siguiendo la costa desde Santander, hablamos de una de las rutas más largas de Cantabria, con veintiún kilómetros de longitud. La Vía Verde de Besaya toma su nombre del valle y del río Besaya, al que sigue en parte; en el muelle, todavía es posible contemplar los equipos que solían cargar el mineral del tren cuyo recorrido ahora cubre la vía verde.

Discurre entre Suances (destino de playa por excelencia) y Los Corrales de Buelna (que sorprende por su gran cantidad de edificios históricos), pasando también por los términos municipales de localidades como Santillana del Mar (con su impresionante casco histórico medieval y el arte rupestre prehistórico de la Cueva de Altamira), Torrelavega o Cartes. Es bastante llana y está pavimentada casi en su totalidad, cubriendo partes de costa, zonas verdes, bosques y prados.

La Vía Verde Castro-Traslaviña

Camino de gravilla con varios tramos asfaltados que recorre 5,5 kilómetros a través de bosques y prados, siguiendo el rumbo de una antigua línea de ferrocarril minero. Está ubicada al completo en Castro Urdiales, entre la pedanía de Santullán y el antiguo pueblo minero de Herreros. Destacan en esta histórica ciudad portuaria sus pintorescas calles adoquinadas, la gótica de Iglesia de Santa María de la Asunción e algunos interesantes restaurantes de pescados y mariscos del Cantábrico.

La Vía Verde de Dícido

Es la vía verde más corta de Cantabria. En realidad, se trata de un paseo marítimo muy bien ejecutado que recorre aproximadamente un kilómetro a lo largo de la playa de Dícido, en el acogedor barrio de Mioño, a las afueras de Castro Urdiales. Además de unas espectaculares vistas al mar Cantábrico, podrás disfrutar de los restos de la operación minera local a finales del siglo XIX, incluyendo túneles, talleres, forjas, un muelle de carga, una locomotora y un cargadero voladizo que sobresale hacia el mar.

La Vía Verde del Pas

Mucho más cerca de Santander, a tan solo unos veinte minutos hacia el sur, la vía verde más larga de Cantabria recorre 34 kilómetros a lo largo del río Pas y los valles pasiegos. Con la mayor parte pavimentada y otros ocho kilómetros de tierra compactada, la ruta discurre entre Obregón y Puente Viesgo dejando a su paso unos paisajes increíbles: recorre prados, bosques y bordea el Parque Natural de Peña Cabarga.

¿Qué otros elementos de interés puedes encontrar en la Vía Verde del Pas? La Colegiata románica de Castañeda, del siglo XII; el balneario de aguas termales del siglo XIX y las mansiones de los siglos XVI al XVIII de Alceda-Ontaneda; y, ya en Puente Viesgo, otro balneario del siglo XIX y el Palacio Fuentes Pila, junto con las cuevas prehistóricas de Monte Castillo, que alberga pinturas neolíticas en las que representan caballos, ciervos y bisontes.

La Vía Verde del Piquillo

Una ruta más con punto final en Castro Urdiales, en esta ocasión entre Ontón y Cobarón . Este pequeño y sugerente tramo tiene 1,9 kilómetros de longitud y cuenta con la peculiaridad de que discurre entre acantilados. La Vía Verde del Piquillo, asfaltada, discurre desde El Piquillo hasta Covarón, en su día enclave de una mina en la vecina provincia Bizkaia, en el País Vasco.

Vía Castro-Alén

En Castro Urdiales a Alén encontraremos otro ferrocarril minero; esta se creó con el fin de ser la vía de salida del hierro extraído en las minas de Alén hasta el embarcadero minero situado en el puerto castreño. A lo largo de sus 18 kilómetros, podrás encontrar una línea con un ancho mínimo de 0,75 metros.

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