Nuestro reconocimiento a los tractores de empuje del aeropuerto

17/11/2021

En la aviación comercial de hoy en día, enfocada a ofrecer el mejor servicio posible al pasajero, es comprensible que el propio avión reciba la mayor cota de atención y se lleve los mejores elogios. Pero, por supuesto, su desempeño no sería posible sin ciertos flujos aeroportuarios que incluyen una compleja diversidad de equipos, a pesar de que muchos carecen de glamour y pasan desapercibidos para los viajeros. ¿De qué hablaremos hoy? Del tractor de empuje: un vehículo de escasa altura, sin aparentes pretensiones, pero que se convierte en figura clave del proceso de vuelo.

Como bien indica su nombre, este valiente caballo de batalla entra en acción cuando se necesita empujar una aeronave hacia atrás, desde la puerta en la que está estacionada para que pueda rodar hacia la pista. 

Hay tractores de empuje de diversas formas y tamaños, y funcionan con combustible diésel o electricidad suministrada por batería. Algunos son abiertos (no entienden qué es esto de rueda abierta)y otros cuentan con cabinas cerradas, especialmente en aquellos aeropuertos donde las temperaturas llegan a ser muy frías. La mayoría de los vehículos están equipados con bocina, luces (incluidas las direccionales), freno de mano y cambio de marchas. El conductor va frente a un volante grande de gran tamaño, y junto al él, el coordiandor que se comunica con los pilotos por auriculares, que pueden ser inalámbricos o estar conectados por cable a la caja de comunicaciones del avión. No obstante, algunos de los tractores de empuje más recientes se controlan a distancia por un operador, el propio coordinador en nuestro caso, que camina detrás del vehículo mientras este remolca al avión.

Los remolcadores que utiliza Iberia, fabricados por la empresa alemana Mototok, con sede en el noreste de Düsseldorf, se controlan a distancia, son muy compactos y funcionan con baterías totalmente eléctricas. Funcionan a una velocidad de 5,4 kilómetros por hora.

Cuando los pilotos solicitan autorización a la torre de control para empujar hacia atrás desde la puerta de embarque, llega el turno del operador del tractor, que confirma que todos los sistemas funcionan de manera correcta. Desempeña un papel fundamental, al asegurarse antes de comenzar el retroceso de que no haya vehículos, equipos, personal u otros obstáculos detrás del avión.

Una vez que todos estén coordinados, el piloto dará luz verde y el operador del tractor lo autorizará a encender los motores del avión. El retroceso comenzará con el uso de una barra de remolque o (en el caso de Mototok) un mecanismo que abraza la rueda delantera del avión y la levanta de la pista para guiarla. Es una maniobra sencilla, pero sin ella, ningún avión despegaría del suelo. 

Por eso, la próxima vez que subas a un avión o mires por la ventana mientras estás esperando al despegue, presta atención a estas pequeñas pero poderosas máquinas, capaces de mover aviones de pasajeros que pesan alrededor de ochenta toneladas. ¡Es algo fascinante de ver!

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