“Hub” es una palabra que oímos mucho de boca de las aerolíneas a la hora de explicar los beneficios que supone volar a través de su, o sus, aeropuertos principales. Pero ¿Qué es un “hub”?
Aunque las aerolíneas hablan de sus “hub”, la expresión completa a la hora de hablar de este tipo de operación es, en inglés, “hub and spoke”, o en castellano “centro y radios”. Esto nos da una mejor idea de qué es un “hub”. El “hub” o “centro” es la ciudad base, y los “spokes” o “radios”, las rutas (dibujadas como líneas que unen esta con los destinos servidos desde ella).
Este sistema para operar vuelos lo inventó, o al menos así ha quedado para la historia, la aerolínea estadounidense Delta en 1955, pero sería a partir de 1978, cuando en Estados Unidos se desreguló el transporte aéreo, cuando tomó fuerza.
El 24 de octubre de 1978, el presidente estadounidense Jimmy Carter firmaba el Acta de Desregulación del Transporte Aéreo. Hasta ese momento, desde 1938, toda ruta que una aerolínea quisiese operar en EE.UU. debía ser primero autorizada por la CAA (Civil Aeronautics Board, Junta de Aeronáutica Civil) que era la máxima autoridad aeronáutica del país. Ello podía tardar varios años desde que se presentaba la petición, hasta que, después de numerosas audiencias, donde la aerolínea, y su competencia explicaban por qué sí o por qué no, se autorizase o denegase la petición.
Con dicha acta de desregulación, cualquier aerolínea estadounidense podía volar libremente cualquier ruta dentro del país.
En Europa sería en abril de 1997 cuando la Unión Europa eliminó las últimas restricciones en la llamada liberalización del transporte aéreo (diferente nombre, mismo efecto que en EE.UU.). Con ello, cualquier aerolínea de un país de la Unión Europea podía volar entre dos aeropuertos cualquiera de la misma.
El proceso llevó a cabo en varias fases a lo largo de cerca de una década. El 1 de enero de 1993 fue de hecho la fecha establecida para la liberalización, pero los vuelos nacionales quedaron protegidos cuatro años más.
Curiosamente fue una aerolínea española, Viva Air, una filial de Iberia, la primera que tuvo que recurrir a la Comisión Europa cuando Francia la denegó el permiso para volar entre Madrid y París basándose en una regla no publicada.
Según escribió en 2018 Javier Gandara, presidente de la española Asociación de Líneas Aéreas: “El resultado final fue un aumento sin precedentes en el tráfico aéreo, en el número de rutas y, sobre todo, en el nivel de competencia en las mismas. Según datos de la propia Comisión, entre 1992 y 2015 se cuadriplicó el número de rutas intraeuropeas hasta un total de más de 3.500 y, lo que es más importante, el número de ellas servidas por tres aerolíneas o más se sextuplicó. La consecuencia de todo esto ha sido un incremento exponencial de la accesibilidad de los consumidores a este modo de transporte, democratizando lo que hasta entonces era un lujo al alcance de muy pocos”.
Poco a poco, con la desregulación y la liberalización, las grandes compañías fueron eligiendo este sistema de “hub” en el que, básicamente, su aviones operan en oleadas. Por la mañana parten todos los aviones que pernoctan en el aeropuerto “hub” hacia los destinos establecidos, al tiempo que otra oleada de aviones que han “dormido” en esos destinos vuela hacia el ”hub”. Los horarios están coordinados para que los aviones lleguen al “hub” lo largo de entre una hora y hora y media (este tiempo puede variar según el número de aviones), y entre media hora y una hora después de la llegada del último, comienzan a despegar en una nueva oleada. En ese tiempo pasajeros y sus equipajes habrán desembarcado de sus aviones de llegada y embarcado en los que los llevarán a su destino final. Esta operación se repite dos o tres veces al día.
La principal ventaja de este tipo de operación es que permite multiplicar la oferta de destinos sin tener que multiplicar el número de aviones, ya que desde cada ciudad se puede volar, mediante una escala, a todas las demás servidas desde el hub. Además, permite ofrecer más frecuencias al haber más pasajeros a cada destino, efecto de la suma.
De esta forma, Iberia, por ejemplo, suma en Madrid, su “hub” a los pasajeros que proceden de Europa a los que llegan desde las diferentes ciudades españolas, y a los que embarcan en Madrid, y que viajan a Hispanoamérica, a donde Iberia ofrece la mayor conectividad desde Europa, con muchos destinos que cuentan con al menos dos vuelos diarios. Y desde Hispanoamérica a España y Europa.
Este tipo de operación además puede tener efectos multiplicadores aún mayores cuando entran en juego aerolíneas asociadas con las que se mantienen acuerdos de códigos compartidos o de negocio conjunto. Ello permite ofrecer a su vez todos los destinos que esta otra ofrece a su vez desde su “hub”.
Otra ventaja es que permite ofrecer tarifas más atractivas para el pasajero, ya que la ocupación media de los aviones es mayor, y los gastos menores al precisarse menos aviones para lograr la misma oferta de plazas para cada destino. También que hace comercialmente sostenible rutas que con una simple operación origen-destino no podrían ser rentables.
Autor: Fly News
ETIQUETAS: Hub, firma invitada, aviones, vuelos, Unión Europea, desregulación, liberalización,