Somos Andrea Tamburrini y Francesco Innocenti, dos influencers lifestyle de Milán, Italia. Hemos estado en Nueva York muchas veces, pero nunca la habíamos visitado en Navidad, por lo que estábamos muy emocionados por visitar la ciudad en una época tan mágica del año.
Nuestro viaje comenzó en Milán el 18 de diciembre. Nuestro vuelo hizo escala en Madrid, donde pasamos las siguientes horas en la sala VIP Dalí de Iberia del Aeropuerto de Barajas: el espacio era realmente amplio y luminoso; la elección de la comida, excelente, ya que había una enorme variedad donde elegir, incluyendo diversas opciones vegetarianas y sin gluten.
Cuando subimos al avión rumbo a Nueva York, de lo primero que nos percatamos fue de la amabilidad y hospitalidad de las azafatas. Volamos en clase business: los asientos eran muy cómodos, y había también decenas de películas para ver, así que teníamos claro que no nos íbamos a aburrir durante el vuelo. Tampoco tuvimos problemas para dormir bien.
Nos llamó especialmente la atención la calidad de la comida. Optamos por comer carne de res para la cena, y estaba tan deliciosa y bien cocinada que parecía como si estuviéramos comiendo en un restaurante. La experiencia fue realmente agradable al completo, y nuestro tiempo en el aire pasó volando: antes de que nos diéramos cuenta… ¡llegamos al JFK!
Nuestra experiencia navideña en Nueva York fue incluso mejor de lo que pensábamos que sería. A pesar del clima frío, tuvimos suerte de disfrutar de días soleados, cálidos, y hermosas puestas de sol durante nuestra corta estancia. Por supuesto, no podíamos perdernos dejar de ver los lugares más icónicos de la ciudad, como Times Square o el Rockefeller Center, donde incluso fuimos testigos de una propuesta de matrimonio mientras sonaba “Love Story” de Taylor Swift de fondo. Fue un momento tan romántico que parecía una escena robada de una película romántica de ambientación navideña… pero no lo era, ¡estaba sucediendo frente a nuestros ojos! Realmente disfrutamos perdiéndonos por Manhattan, respirando la magia navideña de Nueva York y comiendo por la ciudad.
Nueva York es una ciudad que nunca duerme, literalmente, y encontrarás multitud de planes dondequiera que vayas. Personalmente, nos encantó pasear por West Village, SoHo y Greenwich Village. Uno de los momentos que más disfrutamos fue la puesta de sol desde el puente de Manhattan: quizá pueda parecer muy ruidoso porque los trenes no dejan de circular junto a ti… ¡pero las vistas hacen que merezca la pena!
También disfrutamos mucho al levantarnos muy temprano e ir al puente de Brooklyn al amanecer. Es increíble estar en un lugar tan transitado y, en esos momentos, completamente vacío, en exclusiva para ti.
Si te gusta hacer ejercicio, tienes que hacer una buena sesión de running en Central Park. No importan las condiciones climáticas: aunque llueva o haga frío, siempre encontrarás a gente realizando algún tipo de actividad física allí, pudiendo mezclarte y sentirte como un verdadero neoyorquino.
Tuvimos una grata experiencia volando con Iberia, fue un viaje que recordaremos siempre. ¡Y esperamos poder viajar a algún nuevo destino muy pronto!
Imágenes Ι Andrea Tamburrini, Francesco Innocenti