Hoy en día vivimos en una época de no parar, de ir de un lado para otro sin mirarnos ni atendernos, apenas tenemos tiempo para nosotros por lo que ni mucho menos, lo sacamos para cuidarnos.
Es curioso como para nosotros no tenemos tiempo de cuidado, pero a menudo para los demás si. Imagina que te llama tu mejor amigo diciéndote que está preocupado y que siente miedo porque en los próximos días tiene un viaje de trabajo que tiene que hacer en avión, seguramente tratarías de ayudarle, darle consejos o incluso acompañarle en lo que te pida.
¿Y si empezamos a cuidarnos como cuidamos a nuestro mejor amigo?
Entendemos el autocuidado como cualquier acto que podemos hacer para conseguir un bienestar no sólo a nivel físico, si no también cognitivo y emocional, es decir no sólo nos vamos a centrar en lo visible, sino que podemos profundizar más allá, para poder trabajar toda esa parte de malestar generado por el miedo que no podemos ver, pero que nuestro cuerpo expresa día a día.
Normalmente nos exponemos sin más a estímulos que nos generan miedo, sin un entrenamiento previo, sin prepararnos emocionalmente para su exposición y sin cuidarnos a nosotros mismos los días anteriores.
¿Os imagináis a un bombero apagando un fuego sin haberse cuidado y preparado anteriormente?
Sin un cuidado previo puede que consigamos silenciar el miedo, aceptar simplemente que “nos da miedo”, sin pensar que podemos hacer algo para gestionar esa emoción que nos está limitando en el día a día. No nos movilizamos, no buscamos estrategias nuevas ni tampoco pensamos en qué recursos podemos utilizar si el miedo llega a incapacitarnos el día del viaje.
¿No será mejor concienciarnos de este miedo? tal vez podemos hablar de él, darle un espacio y observar cómo se refleja en el cuerpo los días previos al vuelo y es ahí el momento clave para empezar a cuidarnos.
Me atiendo y me cuido al mismo tiempo
Claves para cuidarnos los días previos al vuelo:
- Encuentra un momento del día para ti, para cuidarte.
- Observa cómo te has cuidado a la hora de enfrentarte a otras experiencias de tu vida.
- Busca en ti actividades, tareas o recursos que no solo cubran tus necesidades, si no que te generen una sensación más profunda de cuidado y de atención hacia ti mismo.
- Intenta vigilar tus patrones de sueño y llevar a cabo una buena higiene del sueño. El descanso es fundamental para sentirnos tranquilos, capaces de manejar situaciones estresantes y con energía para seguir cuidándonos.
- Atiende a los pensamientos que aparecen e intenta racionalizarlos, es decir llevarlos a la realidad.
- Da un espacio a las preocupaciones que aparezcan los días anteriores al vuelo, recuerda que puedes comentarlas con personas cercanas o también escribirlas en un cuaderno para poder trabajar interiormente sobre ellas.
- Permítete sentir el malestar que genera el miedo, aprende a tolerar esas sensaciones, esto también significa autocuidado.
La mejor propuesta de autocuidado es tratarte con respeto, cariño y comprensión, así conseguirás ser tu mejor compañero de viaje.
Autor: Crea Sentido Psicología