Actualmente, las nuevas tecnologías (TIC) se han ido asentando en nuestras vidas y nos han ido haciendo el camino más fácil. Y también nos han ayudado a realizar tareas muy complicadas para las personas, haciéndolas más asequibles.
Existe disparidad de opiniones con respecto a las nuevas tecnologías. Personas que consideran el avance de las TIC como una oportunidad y una ayuda para avanzar y crecer, y otras con una mentalidad más tradicional, que ven el avance de estas como algo negativo para los seres humanos.
La realidad virtual, sin embargo, es una demostración de que la tecnología puede ser una herramienta muy útil para superar miedos como la aerofobia.
Cómo trabajamos la aerofobia con la RV
El miedo es una emoción que existe desde el inicio de la humanidad. Nos ha servido siempre para estar alerta frente a un problema complicado o una situación difícil, haciéndonos huir o enfrentarla. El miedo es útil para nuestra supervivencia. Pero también es verdad que nos genera una sensación desagradable que, a veces, nos adelanta a situaciones que no han sucedido generándonos malestar y paralizando nuestra acción o nuestra vida por si sucediera aquello que anticipamos.
La fobia aparece cuando el miedo es tan desmesurado que nos desborda y, al no saber gestionarlo, se convierte en algo incontrolable e irracional que nos paraliza.
La aerofobia se puede trabajar a través de sesiones de realidad virtual con personal cualificado para este trabajo y en consultorios adaptados. Las simulaciones deben ser progresivas en intensidad y dependerán de la propia persona, de su circunstancia y su nivel de aerofobia. La realidad virtual creará, poco a poco, un acercamiento a la realidad a través de experiencias en 3D.
No existe uno número determinado de sesiones; se irá valorando en función de la respuesta del paciente. La eficacia de las sesiones se podrá ir comprobando con un medidor (Biofeedbak) que mide las respuestas físicas del paciente al exponerle a ciertos estímulos.
Hay que aclarar también que la realidad virtual no es un tratamiento. La realidad virtual es una herramienta que permite a los profesionales de la salud mental ayudar al paciente con su miedo.
Ventajas del uso de RV contra la aerofobia
La principal ventaja es que los profesionales de la salud mental pueden programar y manejar, según las necesidades, los estímulos que va a experimentar el paciente, exponiéndolo a situaciones que le provocan miedo.
Existen estudios (Morina, Ljntema, Meyerbröker & Emmelkamp 2015), que demuestran la eficacia de la realidad virtual para el tratamiento de fobias y la mejoría que va apareciendo, de forma progresiva, en el paciente.
Otra de las ventajas es el tiempo. Los efectos del tratamiento en la realidad virtual perduran en la vida real.
El precio siempre se ha considerado un condicionante para dar el paso de iniciar este tipo terapia. Se tiene la idea de que la RV es una herramienta cara, pero según avanza la tecnología, su uso va haciendo más asequible económicamente. Hay que tener en cuenta que estos tratamiento son efectivos con poco tiempo, por lo que a la larga, se ahorraría dinero y tiempo.
Como última ventaja podríamos añadir que la RV no necesita imaginación por parte del paciente como sí se necesita para el método tradicional que se lleva a cabo por psicólogos, y no todo el mundo tiene la capacidad de sumergirse en situaciones imaginarias y vivirlas como si fueran reales.
Materiales y proceso
La principal herramienta que necesitaremos para poder vivir una experiencia de realidad virtual son las gafas. Estas están conectadas a un ordenador donde un profesional especializado puede generar situaciones “controladas” para así poder enfrentarlas.
Las gafas de RV, además de generar imágenes, llevan incorporados unos cascos de audio. Esto va a hacer la experiencia más real aún, ya que vamos a escuchar sonidos parecidos, por no decir idénticos, a los que nos encontramos en el proceso de montar en un avión.
Es importante contar con un espacio amplio y vacío ya que la inmersión parece tan real, que posiblemente hagamos movimientos inesperados. Es por tanto necesario controlar que no nos golpeemos con ningún objeto cercano.
Una vez tenemos el espacio, las gafas y los cascos, comienza la experiencia de realidad virtual. El profesional llevará a cabo simulaciones comprobadas y seguras que se harán en función a la fobia y el grado de miedo que le tengamos. Se hará de una manera progresiva, empezando por situaciones de menor a mayor intensidad. Un ejemplo de lo que podríamos vivir en la realidad virtual de una persona con aerofobia sería hacer la maleta con la que viajaríamos, vivir el desplazamiento hasta el aeropuerto o algo de mayor intensidad como las turbulencias.
Autor: Psicoline