Cuando nos enfrentamos al miedo a volar, a menudo buscamos soluciones externas para calmar nuestra ansiedad. Sin embargo, hay una poderosa herramienta que reside dentro de todos nosotros que es de gran utilidad cuando lo que buscamos es un poco más de calma: la atención plena.
En el artículo de hoy te explicaré cómo puedes usar la atención plena a tu favor para manejar el miedo a volar y tener una mejor experiencia a bordo.
Antes de nada, es importante comprender que el miedo a volar a menudo surge de preocupaciones anticipatorias y pensamientos catastróficos sobre lo que podría suceder en el vuelo. Por lo tanto es clave una buena gestión de estos pensamientos que nos bombardean con preocupaciones acerca de la seguridad.
¿Por qué la atención plena es una ayuda en este contexto?
La atención plena nos invita a estar plenamente presentes en el momento actual, liberándonos de la influencia de pensamientos ansiosos. Esta es la base sobre la que se apoyan distintas técnicas que tienen como pilar nuclear el manejo de la atención.
Por ejemplo, las técnicas de respiración consciente tienen como objetivo que puedas enfocarte en cada inhalación y exhalación para anclar tu atención en el presente y así disminuir la ansiedad.
Más allá de la conocida respiración, ¿qué otras técnicas pueden resultar efectivas cuando estás en un avión?
Los ejercicios que se centran en el cuerpo son muy útiles cuando tienes miedo a volar, ya que la ansiedad se manifiesta a nivel muscular a lo largo y ancho de nuestro cuerpo. En esta línea puede servirte practicar un escaneo corporal consciente para detectar cualquier tensión o malestar físico relacionado con el miedo. Te propongo que cierres los ojos y dirijas tu atención a cada parte de tu cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, observando cualquier sensación de tensión. Con cada exhalación, imagina que la tensión se disipa y se libera, permitiendo que tu cuerpo se relaje y se sienta más en calma.
A nivel cognitivo la atención plena nos invita a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos ni apegarnos a ellos. Esto es de tremenda utilidad durante el vuelo ya que es muy probable que surjan pensamientos desagradables o preocupantes. Si te sientes identificado con este tipo de pensamientos cuando subes a un avión te recomiendo que observes tus pensamientos como si fueran nubes pasando por el cielo, sin tratar de detenerlos o analizarlos. Tú eres el cielo y los pensamientos son las nubes que vienen y van. Al permitir que los pensamientos fluyan sin identificarte con ellos, es más fácil reducir su impacto en tu estado emocional y encontrar mayor tranquilidad.
Por último hay una estrategia tan sencilla como efectiva: agradecimiento y aceptación.
Sí, practicar la gratitud y la aceptación durante el vuelo también ayuda con la ansiedad; te explico cómo. En lugar de enfocarte en los aspectos negativos o temidos del viaje, dirige tu atención hacia las cosas por las que puedes sentirte agradecido en ese momento. Por ejemplo, agradece la oportunidad de viajar, la seguridad del avión o el privilegio de experimentar nuevas aventuras o conocer nuevos países. Esto no eliminará el miedo, pero te dará una perspectiva mucho más amplia de la que está sesgada por tus pensamientos catastrofistas ofreciéndote una “versión” del vuelo mucho más amable.
Espero que puedas poner en práctica alguna de estas estrategias en tu siguiente viaje.
¡Feliz vuelo!
David Lanzas
Psicólogo sanitario especializado en ansiedad y trauma
Fundador de Instituto Lanzas | @Psicolanzas
Imagen | SDI Productions