Vivimos en un mundo que camina inexorablemente hacia la sostenibilidad. Todos, tanto particulares, como empresas, o instituciones públicas, tienen el deber ético de aportar su grano de arena para crear un mundo más viable de cara al futuro. Es por eso que una compañía responsable debe implementar sistemas y estrategias que apuesten por una reducción drástica de la huella de carbono. En este contexto surge el SAF, un asunto que concierne directamente al mundo de la aviación. Vamos a detenernos en él para saber qué es y a responder a varias preguntas sobre las ventajas de su uso y de su producción.
Lo primero de todo: ¿qué es el SAF?
SAF son las siglas de Sustainable Aviation Fuel, es decir, combustible sostenible de aviación. Es la alternativa más realista y viable, actualmente, a los combustibles fósiles y la apuesta definitiva del mundo de la aviación en su proceso hacia la descarbonización.
Hay distintas maneras de producir SAF, que puede tener origen orgánico o sintético:
- Oleoquímicas y lipídicas. Aceites vegetales, grasa animal, aceite de cocina usado…, pueden terminar convertidos en SAF a través de un proceso llamado hidrogenación.
- Bioquímicas. Se usa y convierte la biomasa en combustible; por ejemplo, fermentando glucosa y convirtiéndola en etanol.
- Termoquímicas. Residuos agrícolas, residuos sólidos, madera de cultivos energéticos…, se transforman en queroseno sintético mediante la gasificación de la biomasa.
- Electrocombustibles. Agua, CO2 o electricidad renovable son otras materias primas para producir SAF sintético destinado a los motores de combustión, produciendo uno de los biocombustibles más eficaces.
¿Cuánto CO2 le ahorra a la atmósfera?
Lo cierto es que este tipo de combustible se ha convertido en la mejor manera de frenar la emisión de gases de efecto invernadero. Y lo es por numerosos motivos: en primer lugar, por su capacidad para reducir la huella de carbono, ya que emite entre un 60% y un 100% menos de CO2 a la atmósfera en términos de ciclo de vida. Es decir, desde el momento de su producción hasta el uso en los aviones. Esto es muy importante, ya que un combustible que al ser usado reduce la huella de carbono pero no lo hace en su fabricación no es realmente sostenible.
¿Qué modificaciones hay que hacer en los aviones?
Ninguna, y esta es otra de las magníficas ventajas del SAF. Es absolutamente compatible con los actuales motores de los aviones, pero tampoco afecta a modificaciones en los aeropuertos, encargados del abastecimiento de las aeronaves. Por una parte, el proceso de transformación se reduce muchísimo; por otra, el hecho en sí de no tener que fabricar nuevos motores o nuevos aviones es en sí mismo sostenible.
¿En qué vuelos se emplea y/o empleará el SAF?
Puesto que no afecta en absoluto a la estructura de los aviones, el SAF se puede usar en todo tipo de aviones y de vuelos: corto, medio y largo radio.
¿Cómo se puede saber que se trata de un combustible 100% sostenible?
Este tipo de combustible precisa de una certificación SAF, que proviene de un agente sin intereses comerciales en ninguna de las partes. Uno de los primeros organismos en poseer SCS (sistema de certificación de carburantes de aviación sostenibles) fue la ONG Roundtable on Sustainable Biomaterials, aprobado por la OACI. También ha aprobado los SCS de la International Sustainability and Carbon Certification.
Estas certificaciones comprueban el impacto del combustible en tres planos: social, económico y ambiental (lo que se conoce como «triple resultado»).
Las exigencias por parte de los organismos supranacionales hacen que los propios fabricantes se esmeren en producir SAF cada vez más respetuoso con el medio ambiente.
¿Cuáles son los objetivos de uso del SAF en la UE?
Como todas las transiciones, hay que ir cumpliendo metas. Los objetivos previstos en la Unión Europea son del 2% de uso de combustible de aviación sostenible en 2025, porcentaje que irá aumentando gradualmente hasta llegar al 70% en 2050.
¿Cómo puede impactar en la economía?
Todo apunta a que muy positivamente. España es un país líder en la producción de energías renovables, por lo que estamos hablando no solo de una solución para contribuir a la descarbonización del planeta desde el sector aeronáutico, sino también de una excelente noticia en términos económicos. Convertirse en productor mundial de SAF traería consigo la creación de miles de nuevos puestos de trabajo.
¿Cómo se compromete Iberia con el uso de SAF en su flota?
El compromiso de Iberia con la descarbonización es claro. Pero pongámosle cifras. La UE propuso, como ya hemos visto, un uso de SAF del 2% dentro de dos años: para el 2030 prevé utilizar el 5%. En su mejor proyección de objetivos había previsto que ese año se alcanzara el 6%, calendario que se modificó a la baja. Pues bien, IAG, el grupo del que forma parte Iberia, proyecta utilizar un 10% de SAF en 2030 en sus aviones y llegar a las cero emisiones netas en 2050.