Dentro de la apuesta de Iberia por la sostenibilidad, la transición a los combustibles SAF no solo es un esfuerzo necesario para el planeta, sino que también se convierte en una oportunidad para la creación de empleo. Veamos más en profundidad cómo se va a desarrollar este cambio y cómo será su impacto en la sociedad y en la economía.
Así se crea este combustible
Como comentamos recientemente, SAF son las siglas de Sustainable Aviation Fuel, es decir, de combustible sostenible de aviación. Este combustible tiene diversas maneras de generarse y también distintas fuentes de procedencia. Por resumir, estas serían las principales y las que actualmente están disponibles:
- Orgánico (origen oleoquímico y lipídico). La fuente de origen son las materias primas lipídicas. Entre ellas, el aceite de cocina usado, que se somete a un proceso de hidrogenación en un combustible parafínico perfectamente compatible para ser mezclado con el combustible de aviación convencional.
- Orgánico bioquímico, a partir de alcoholes como el etanol, que se produce a partir de la fermentación de la glucosa, salida de la caña de azúcar.
- También orgánico, pero mediante un proceso termoquímico. A partir de materias primas como ciertas maderas, o residuos agrícolas o procedentes de la gestión de los bosques, se produce queroseno parafínico sintético, de manera que el monóxido de carbono y el hidrógeno se transforman en hidrocarburos líquidos.
- Sintético, producidos mediante la captura de CO2 empleando hidrógeno verde. Y esta es una excelente noticia para las cifras económicas españolas, que están muy implicadas en el desarrollo de esta energía.
La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y todos sus Estados miembros han acordado una serie de objetivos dirigidos a la reducción de emisiones de CO2 en la aviación internacional. En el informe de la LTAG de su 41ª asamblea se concluyó que el SAF es el instrumento que mayor potencial tiene para lograr los objetivos.
¿Por qué se está creando una industria del SAF en España?
Evidentemente, para cubrir esta demanda de combustible sostenible se necesita una industria que está desarrollándose ahora mismo. Un informe de PWC elaborado para Iberia y Vueling (El impacto socioeconómico del desarrollo del SAF en España) concluyó que dicha demanda se cubriría con entre treinta y cuarenta plantas de producción de SAF repartidas por todo el territorio nacional.
Esta nueva industria no solo impacta directamente en la sostenibilidad del transporte aéreo, uno de los que más fuertemente ha apostado por la descarbonización, sino en el nacimiento de una nueva industria sostenible que arrojará cifras económicas muy alentadoras para la economía del país.
Las cifras que arroja la producción de SAF en términos de economía y empleo
Siguiendo los datos del mencionado informe, estos son algunos de los números que deja:
- 56.000 millones de euros de aquí a 2050. Tanto la construcción de 32 nuevas plantas de SAF como su puesta en marcha dejarían este impacto en el PIB nacional.
- 270.000 nuevos empleos. También en el mismo periodo, habría que dividir estos puestos en dos subgrupos: el primero, que abarcaría la fase de construcción, crearía alrededor de un cuarto de millón de nuevos puestos de trabajo; el segundo, el de la puesta en marcha y funcionamiento, unos 20.000 más. La generación de SAF resultará definitiva en el impulso del empleo en España.
- 5 millones de toneladas de SAF al año en 2050. La diferencia entre la importación de dicho combustible y la creación del mismo en nuestro territorio es enorme en términos económicos, por lo que desde Iberia se apuesta firmemente por el impulso de esta nueva industria.
- Capacidad de exportación. El informe habla de 32 plantas, que no solo cubrirían la demanda, sino que dejarían grandes volúmenes de SAF listos para la exportación. Otra excelente noticia para dinamizar la economía del país.
- Dinamización de la España vaciada. Gran parte de las materias primas que necesita el SAF para su creación están en las zonas rurales, por lo que esta industria se asentaría principalmente en dichas zonas. Esto supone un beneficio añadido, que es dinamizar la España vaciada, con la consiguiente reducción de la brecha territorial que ha generado la salida de sus habitantes hacia zonas urbanas.
Iberia y su compromiso hacia la descarbonización
Pero además del crecimiento de la economía y el empleo, hay otros datos en torno al SAF que interpelan directamente a la parte medioambiental y que son muy interesantes:
- El SAF puede reducir hasta en un 100% las emisiones de dióxido de carbono en términos de ciclo de vida.
- Es sostenible desde su creación, ya que los materiales utilizados no impactan en la degradación forestal ni compiten con los cultivos alimentarios en consumo de agua.
- Ni los aviones, ni las infraestructuras del aeropuerto, necesitan modificaciones previas para utilizar este combustible.
El compromiso de IAG, grupo al que pertenece Iberia, con estos objetivos, supera de largo los propuestos desde la Unión Europea. IAG se ha comprometido a usar un mínimo del 10% de SAF en 2030. Para hacernos una idea, es el doble de lo que propone Europa.
Y no acaba ahí: el otro gran objetivo del grupo aeronáutico es el de llegar a las cero emisiones netas en 2050. Dos retos que se suman al del desarrollo de esta industria en el país y que pueden revolucionar nuestra economía.