Quédate con este dato: 2035. En ese año, Airbus prevé lanzar su primer avión comercial propulsado por hidrógeno. En medio, una ventana de tiempo de más de diez años; los que la compañía proveedora de Iberia tardará en tener a punto un modelo que marcará un antes y un después en la historia de la aviación sostenible. Ese desarrollo, que está sucediendo hoy, tiene un nombre: proyecto ZEROe.
¿Qué es exactamente el proyecto ZEROe?
Dentro de este macroproyecto (desarrollar la propulsión de aeronaves gracias al hidrógeno), Airbus está explorando distintas fuentes de alimentación (siempre con el hidrógeno como elemento central) y distintos modelos, como veremos a continuación. Bajo el concepto de Proyecto ZEROe se agrupan distintas tecnologías y diseños con un mismo enfoque: dar un paso más, el gran paso, en la navegación aérea sostenible y de cero emisiones.
Pero ese hidrógeno debe poder ser generado y distribuido. Y sí, la compañía al mando de este proyecto también desarrolla el ecosistema que produzca y suministre el hidrógeno.
Tecnologías distintas y complementarias
En este momento se trabaja en cuatro conceptos (o modelos) distintos, que veremos un poco después. Todos tienen en común que son aeronaves propulsadas por hidrógeno. Pero ¿qué tecnologías de propulsión se barajan? Principalmente, estas dos:
- Combustión de hidrógeno. Sería, por resumirlo mucho, la tecnología más similar a la actual. Turbinas de gas con inyectores de combustible y sistemas de combustible modificados. En este caso, el hidrógeno se utilizaría de una forma muy parecida a como se propulsan los aviones actualmente.
- Pilas de combustible de hidrógeno. Este segundo sistema sería un generador de energía eléctrica que alimentaría motores igualmente eléctricos, los cuales moverían una hélice o un ventilador.
Sin embargo, no estamos ante dos sistemas para elegir. Los responsables del proyecto ZEROe indican que dichas tecnologías son complementarias (se pueden usar a la vez).
Todos los conceptos en los que trabaja el proyecto ZEROe
Ahora, aterricemos (nunca mejor dicho) estos modelos o conceptos que se están desarrollando.
Turbofán
Este prototipo tiene una línea muy similar a los modelos de Airbus existentes. Su capacidad sería superior a 200 pasajeros y su alcance (la capacidad de vuelo sin necesidad de reponer energía), superior a las 2.000 millas náuticas. Para que nos hagamos una idea, algo mayor del que tiene el actual Airbus A320 Neo (que puede llegar casi a 1.900). Como el nombre del modelo indica, estaríamos ante dos motores turbofán, híbridos de hidrógeno, para impulsar la nave.
Turbohélice
Con un alcance de aproximadamente la mitad que el prototipo turbofán, y con capacidad para más de cien pasajeros, este modelo, con un perfil alar muy distinto al que se estila hoy en la mayoría de aviones comerciales, se impulsaría mediante dos motores turbohélice, también híbridos, y también de hidrógeno, que mueven a su vez hélices de ocho palas.
Carrocería de ala combinada
Sin duda, a nivel de diseño, el más espectacular de los prototipos. Su alcance y capacidad son similares al prototipo turbofán, y también lo es su tipo de motor. Pero en este caso estamos ante un formato de los conocidos como blended wing body o fuselaje integrado (es decir, el cuerpo del avión y las alas están fusionados) y el aspecto resulta sumamente futurista, con un perfil más similar al de un ala delta que al de un avión tradicional.
Cien por cien eléctrico
Este modelo, presentado a finales de 2020, se basa en un sistema de propulsión eléctrico de hélice, cuya energía procede de pilas de combustible de hidrógeno que convierten este en electricidad debido a una compleja reacción química.
España como elemento clave del proyecto
Alrededor de estos modelos hay toda una industria trabajando conjuntamente para alcanzar el objetivo: un avión comercial impulsado por hidrógeno en 2035, como mencionábamos al comienzo. En paralelo al desarrollo de los prototipos, Airbus ha creado junto a otra compañía, ElringKlinger AG, una empresa conjunta llamada Airbus Aerostack. ¿Su objetivo? Desarrollar pilas de combustible de hidrógeno.
Además, la compañía aeronáutica explora diversas tecnologías para impulsar aviones mediante el hidrógeno. Con ese fin, ha creado cuatro centros de desarrollo específico de estos sistemas, uno de los cuales se encuentra en España.
Un proyecto que empieza en tierra
Ya hemos dicho que mientras se desarrollan modelos que serán viables de aquí a poco más de diez años, se debe iniciar en paralelo un ecosistema de producción, almacenamiento y distribución de hidrógeno, sin el cual la construcción de aeronaves no tendría sentido. En este desarrollo hay que calcular costes, cantidades, lugares… y, por supuesto, contar con la certificación y la regulación del uso de este nuevo método de propulsión. Un trabajo que en absoluto es ajeno al proyecto ZEROe.
Y ¿cómo o dónde instalar estas infraestructuras de hidrógeno? Según la visión de Airbus sería condición previa indispensable que los propios aeropuertos estén dotados con aquellas. Así que, mientras la ciencia se ocupa de hacer realidad la aviación más sostenible, productores, distruibuidores, responsables aeroportuarios y aerolíneas como Iberia comenzarán a reunirse para dar forma a este ambicioso propósito.