Cuando alguien menciona Bilbao, seguro que lo primero que te viene a la mente es el Guggenheim, el puente de La Salve, el estadio de San Mamés o las txapelas. Sin embargo, esta vez traemos algo distinto: una ruta por los pueblos de la provincia donde el acento es tan puro y auténtico que cada palabra suena a la esencia más bilbaína. Porque no hace falta irse al centro para disfrutar de lo que hace grande a esta tierra. Además, si eres un amante de la vida rural ¡este es tu sitio!
Agarra la mochila, abre bien los oídos y prepárate para descubrir rincones llenos de carácter, tradición y ese inconfundible toque de Bilbao que solo se encuentra en sus pueblos.
- Orduña: un pueblo con categoría propia
¡Esta ruta empieza fuerte! Porque Orduña no es un pueblo cualquiera: es la única ciudad de Bizkaia. Su plaza de los Fueros parece diseñada para quedar bien en todas las fotos, pero la verdadera magia está en sus calles y en las palabras de sus vecinos. En esta pequeña localidad el “euskera” y el castellano conviven con naturalidad, y el acento tiene ese soniquete característico que hace sonreír a cualquiera.
Además, si subes al Mirador del Salto del Nervión, te llevas de regalo una de las visitas más espectaculares de la provincia. Y para cuando aparezca el hambre, un buen plato de alubias te reconfortará con fuerzas suficientes para seguir andando.
- Balmaseda: donde cada piedra cuenta una historia
Balmaseda no es solo el primer municipio fundado en Bizkaia, es también un lugar donde las tradiciones se mantienen vivas, desde el puente medieval que cruza el río Cadagua hasta el mercado local donde el “kaixo” se escucha con orgullo. Aquí, el acento no es una pose, es el reflejo de una identidad que se respira en cada rincón.
Si eres de los que disfrutan comiendo, toma nota: el putxera es un guiso tradicional de alubias, chorizo y tocino. Te recomendamos probarlo como primera opción en tu menú, ¡nos lo agradecerás! Porque sí, en Balmaseda el buen comer también tiene acento propio.
- Elantxobe: el pueblo colgado sobre el mar
Si buscas algo pintoresco, Elantxobe es tu parada obligatoria. Este pequeño pueblo pesquero, con casas que parecen trepar por la ladera, tiene vistas al mar Cantábrico que te dejarán sin palabras. Aquí el acento bilbaíno se mezcla con el olor a salitre y las historias de marineros que llevan generaciones trabajando. Auténtico ambiente pueblerino. ¡Fascinante!
El puerto es el corazón del pueblo, ¿conoces el motivo? Se trata del lugar perfecto para disfrutar del ambiente local, pedir un pintxo y ver cómo el tiempo se detiene… aunque solo sea rato.
- Lekeitio: el equilibrio entre tradición y playa
Pocos pueblos combinan tan bien la vida marinera con el encanto de sus playas como Lekeitio. En este pueblo las calles adoquinadas te llevan hasta la basílica de Santa María, uno de esos rincones donde parece que la historia te susurra al oído. Pero lo mejor de Lekeitio es su gente: el acento, las expresiones y esa manera de hablar tan directa a la que no estamos acostumbrados que te hace sentir igualmente como en casa.
¿Quieres un consejo? Visita la Isla de San Nicolás cuando la marea esté baja. Es uno de esos secretos locales que hacen que te enamores aún más de este rincón y no quieras irte.
- Gernika: más que historia, mucho más
Gernika es uno de esos nombres que resuenan en todo el mundo. Pero más allá de su famosa Casa de Juntas y del cuadro de Picasso, este pueblo tiene vida propia. ¡Te la mostramos! Aquí el acento es fuerte, decidido y lleno de historia, como su mercado tradicional, donde los agricultores locales llevan generaciones ofreciendo los mejores productos de la zona.
¡Un dato interesante!: Si pasas por Gernika un lunes, prepárate para vivir el mercado en su máximo esplendor. Y si no es el caso, visítalo igualmente, porque tiene tanto por ofrecer que cualquier día es bueno para perderse en él.
Estos pueblos no solo son paradas en un mapa: son pequeños tesoros donde el acento, las tradiciones y el carácter de Bilbao siguen vivos. Cada pueblo tiene su historia, su comida y, sobre todo, su gente. Que es la verdadera esencia de este viaje. Estamos de acuerdo en que Bilbao es fascinante, pero sus pueblos… ¡Es otra historia! Y ahora que ya conoces la ruta ¡toca recorrerla! ¿A qué esperas? Reserva tu vuelo con Iberia y no te dejes un solo rincón por visitar.
Imagen| Adrian Vidal