Actividades imprescindibles que hacer en Faro

17/06/2025

Faro, capital del Algarve portugués, es mucho más que una ciudad de paso para quienes vuelan al sur de Portugal. Con su mezcla de historia, cultura viva, naturaleza salvaje y playas de ensueño, esta ciudad sorprende a quienes se animan a quedarse. Desde su encantador casco antiguo hasta las lagunas del Parque Natural da Ria Formosa, Faro se revela poco a poco, entre callejones empedrados, marismas llenas de flamencos y puestas de sol inolvidables. Aquí te contamos qué no puedes perderte si visitas esta joya bañada por el Atlántico.

 

Explora la Cidade Velha y sus joyas arquitectónicas

El corazón de Faro es su casco antiguo, rodeado por murallas de origen árabe y accesible por el majestuoso Arco da Vila. Caminar por estas calles empedradas es un viaje en el tiempo. En su interior descubrirás plazas tranquilas, fachadas blancas cubiertas de flores, y monumentos históricos como la Sé de Faro (catedral), donde puedes subir a su torre para obtener vistas panorámicas sobre la ciudad y la Ría Formosa. Muy cerca se encuentra la Igreja do Carmo, una obra maestra del barroco con su inquietante Capela dos Ossos, decorada con los restos de más de mil monjes: una experiencia tan impactante como fascinante.

Descubre la Ría Formosa y sus islas paradisíacas

Faro es la puerta natural al Parque Natural da Ria Formosa, un laberinto de canales, marismas y bancos de arena que forma uno de los ecosistemas más valiosos de Europa. Puedes recorrerlo en barco, kayak o incluso bicicleta. Muchas excursiones parten desde el puerto y te llevan a islas de ensueño como Ilha Deserta (prácticamente virgen) o Ilha do Farol, con su faro, casitas coloridas y playas interminables. Son lugares perfectos para nadar, pasear, observar aves… o simplemente desconectar. Si solo puedes hacer una excursión en tu viaje, que sea esta.

 

Vive el Faro cotidiano: mercado, terrazas y cultura

Para sentir el pulso real de la ciudad, acércate al Mercado Municipal, especialmente por la mañana. Pescados fresquísimos, frutas locales, quesos del Alentejo y dulces tradicionales llenan los puestos. Aquí verás a los farenses haciendo su compra diaria o tomando café con pasteles. Desde allí, puedes pasear por la zona peatonal del centro moderno —como la Rua de Santo António— repleta de tiendas, bares y cafeterías. Al atardecer, dirígete al puerto deportivo, un lugar ideal para sentarte en una terraza, tomar algo y ver cómo el cielo se tiñe de tonos dorados.

 

Museos, arte y herencia romana

Faro también tiene una oferta cultural interesante. El Museo Municipal, ubicado en un antiguo convento, guarda tesoros arqueológicos como mosaicos romanos o arte sacro. Si te interesa el arte contemporáneo, la Galería Trem ofrece exposiciones temporales de artistas emergentes. Y si quieres salir un poco del centro, visita las ruinas romanas de Milreu, en Estoi, a pocos kilómetros. Allí podrás caminar entre columnas, termas y villas con mosaicos que recuerdan la importancia de esta zona en la antigua Lusitania.

 

Escapada a Estoi y su palacio con jardines

A tan solo 10 km de Faro, el pueblo de Estoi esconde una joya inesperada: el Palacio de Estoi, un elegante edificio de estilo rococó con jardines de inspiración francesa y azulejos tradicionales portugueses. Aunque hoy funciona como pousada (hotel histórico), sus jardines y exteriores están abiertos al público y bien merecen una visita. Se puede combinar fácilmente con las ruinas romanas para una escapada de medio día perfecta.

 

Faro es una ciudad que invita a vivir sin prisa. Tiene historia, naturaleza, cultura y gastronomía, pero también algo más difícil de definir: autenticidad. Es ideal para quienes buscan algo diferente a las playas masificadas del Algarve, sin renunciar al encanto costero. Si te dejas llevar, es probable que Faro te sorprenda y te conquiste… y que acabes deseando quedarte un poco más.

 

Imágenes | EunikaSopotnicka ; PhotoSparks

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