Viajar en avión puede ser una experiencia agotadora para el cuerpo y la mente. Las largas horas de inmovilidad, el espacio reducido y los cambios de presión afectan la circulación, provocan rigidez muscular y pueden generar molestias como hinchazón o fatiga. Sin embargo, con la práctica de técnicas simples de yoga y movimiento, es posible mejorar el bienestar corporal durante el vuelo, reducir el estrés y llegar a destino con una sensación renovada. En este artículo te compartimos ejercicios prácticos y consejos para mantener la calma y cuidar tu cuerpo mientras vuelas.
El primer paso para cuidar el cuerpo en vuelo es mantener una respiración consciente y profunda. La respiración diafragmática ayuda a oxigenar mejor el organismo, reduce la ansiedad y mejora la circulación. Para ello, siéntate cómodo, cierra los ojos si lo deseas y enfoca tu atención en inspirar lentamente por la nariz, dejando que el abdomen se expanda, y luego exhala suavemente por la boca. Repetir esta respiración varias veces durante el vuelo puede disminuir la sensación de tensión y favorecer un estado mental relajado.
Aunque el espacio dentro del avión es limitado, existen movimientos sencillos que puedes realizar sentado para aliviar la rigidez y estimular la circulación. Por ejemplo, estira las piernas y realiza círculos lentos con los tobillos, flexionando y extendiendo los pies para activar los músculos y evitar la hinchazón. También es recomendable alternar la presión de los pies contra el suelo para favorecer el retorno venoso. Movimientos de los brazos y los hombros, como elevar y bajar los hombros, o rotar los brazos hacia adelante y hacia atrás, ayudan a liberar tensiones acumuladas en la parte superior del cuerpo.
Otra técnica valiosa es el estiramiento suave del cuello y la columna. Gira la cabeza lentamente de un lado a otro, sin forzar, y realiza inclinaciones laterales para aliviar la tensión cervical. Si tienes espacio para levantarte, caminar unos minutos por el pasillo del avión estimula la circulación general y evita la rigidez en las piernas y la zona lumbar. En caso de que no puedas levantarte, realiza pequeños movimientos de torsión del torso girando suavemente hacia un lado y otro, siempre con la espalda recta y la respiración controlada.
El yoga ofrece también posturas adaptadas para realizar en el asiento. Posturas como la “torsión sentada” (Ardha Matsyendrasana modificada) o el “gato-vaca” sentado ayudan a movilizar la columna vertebral y liberar la tensión acumulada. Estas posturas, combinadas con una respiración profunda, no solo alivian el cuerpo sino que también calman la mente, creando un equilibrio perfecto para un viaje más placentero.
Además de los ejercicios físicos, es fundamental cuidar la hidratación durante el vuelo. El aire en cabina suele ser muy seco, por lo que beber agua regularmente ayuda a mantener los tejidos hidratados y mejora la circulación. Evitar el consumo excesivo de alcohol y cafeína también contribuye a evitar la deshidratación y la sensación de cansancio.
Finalmente, incorporar una actitud consciente y positiva ante el vuelo marca una gran diferencia. Practicar mindfulness, prestar atención al momento presente y aceptar la experiencia con calma permite reducir el estrés y potenciar los beneficios físicos de las técnicas de yoga y movimiento.
Imagen | AleksandarNakic