Cerdeña desde el mar: excursiones en barco a islas y cuevas escondidas

18/08/2025

Cerdeña es una joya del Mediterráneo. Sus playas de arena blanca y aguas turquesas son conocidas en todo el mundo, pero la verdadera magia de la isla se descubre cuando se observa desde el mar. Navegar en barco permite acceder a rincones secretos: islas deshabitadas, calas escondidas entre acantilados y cuevas marinas donde la naturaleza se muestra en su estado más salvaje.

Archipiélago de La Maddalena: un paraíso de islas vírgenes

Al norte de Cerdeña, frente a la Costa Esmeralda, se encuentra el Parque Nacional del Archipiélago de La Maddalena, un conjunto de islas que parecen flotar sobre aguas de un azul irreal. Excursiones en barco llevan a playas inaccesibles por tierra como Cala Coticcio en la isla de Caprera, conocida como “el Tahití del Mediterráneo”.
La isla principal, La Maddalena, conserva un casco histórico encantador, pero el verdadero tesoro del archipiélago son sus pequeñas calas de arena blanca y su ambiente casi virgen.

La costa del Golfo de Orosei: cuevas y acantilados

La costa oriental de Cerdeña es una de las más espectaculares. Desde el mar se accede a calas escondidas como Cala Luna, Cala Mariolu o Cala Goloritzé, consideradas entre las más bellas de Europa. Muchas de ellas solo son accesibles en barco o tras largas caminatas, lo que las convierte en refugios de naturaleza intacta.
Aquí también se encuentran algunas de las cuevas marinas más impresionantes del Mediterráneo. La Grotta del Bue Marino, con sus estalactitas y lagos interiores, es un espectáculo subterráneo al que se accede directamente en barco.

El sur salvaje: entre islas y bahías tranquilas

En el extremo sur de Cerdeña, la costa de Chia y Teulada ofrece playas interminables y pequeñas bahías perfectas para fondear. Desde aquí parten excursiones hacia la Isla de San Pietro o la Isla de Sant’Antioco, donde el mar se mezcla con tradiciones marineras centenarias y una gastronomía ligada al atún rojo y a los sabores del Mediterráneo.

Atardeceres desde el mar

Si algo convierte a una excursión en barco por Cerdeña en un recuerdo inolvidable son sus atardeceres. El sol tiñe de dorado los acantilados, el mar se vuelve un espejo rosado y, mientras las embarcaciones regresan al puerto, la isla revela su lado más romántico.

 

Explorar Cerdeña en barco es abrir una puerta a un mundo oculto: playas que no aparecen en los mapas, cuevas secretas y la sensación de estar descubriendo el Mediterráneo en estado puro. Una experiencia imprescindible para quienes buscan ver la isla desde otra perspectiva, más salvaje, más auténtica y, sin duda, más inolvidable.

 

Imagen | Alessandro Addis

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