Ya son 26 los años consecutivos en los que se viene celebrando en la capital española el Festival Internacional Madrid en Danza (en cartel hasta el próximo 27 de noviembre). Este Festival es una ocasión única para empaparte de danza y refrescarte con nuevos espectáculos, algunos totalmente innovadores, centrándose en nuevas vanguardias, y otros, aunque de nueva creación, recuperando coreografías e ideas de espectáculos de antaño, reinterpretando obras clásicas.
En todo este batidillo de espectáculos, encontramos piezas del coreógrafo canadiense Édouard Lock, del alemán Christian Spuck, del italiano Virgilio Sieni y del japonés Kumotaro Mukai, quienes este año nos mostrarán nuevos enfoques de piezas clásicas. Todos ellos sobresalen, pero si tuviéramos que señalar a uno, sería al japonés, al mando de la compañía Dairakudakan Kochuten Performance, con el espectáculo Paradise in a Jar Odyssey 2001, que revisa La Odisea de Homero a través del clásico de Stanley Kubrick. Y lo hace mediante la danza butoh: estilo de danza cuya filosofía es interpretar el arte de bailar con movimientos que arrancarían desde el vientre materno, quedándose a medio camino entre el teatro y la danza propiamente dicha.
El británico Wayne McGregor y la española Mónica Runde (quien dirige 10 & 10 danza, compañía con sede en Madrid) irrumpen con nuevas incorporaciones en sus espectáculos, las tecnologías audiovisuales contagian también su danza. La Random Dance Company, dirigida por el británico, consigue fusionar danza, cine, música, artes visuales, teconología y ciencia. Se puede pensar que semejante popurri deriva en piezas sin sentido… nada más lejos de la verdad. Consigue hacerlo de una manera la mar de armoniosa y elegante.
Pero sin duda alguna, el Goya al espectáculo más innovador y revolucionario se lo otorgamos a la compañía polaca Art Stations Foundation con Happy: muestra el papel que pueden jugar las redes sociales en un proyecto coreográfico. Su coreógrafo, Nigel Charnock permitió que el público diera su punto de vista a través de Internet, durante las distintas etapas del proceso creativo. Y así perfiló las ideas finales de esta historia de amor, lujuria, muerte y vodka, temas tan recurrentes como sorprendentes en este mundillo.
Iberia conecta Madrid con el mundo con más de 500 vuelos diarios desde la T4 del aeropuerto de Barajas.
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