La arruga es bella en Nápoles

27/08/2012

Su rostro es luminoso. Sí, vale, tiene arrugas, cicatrices, heridas y uno tiene la sensación de que ha vivido demasiado deprisa. Eso no se puede ocultar. Pero es un rostro bello aunque a veces resulte siniestro y muchos quieran tacharla como el semblante de la Camorra, la mafia local. Nápoles, en el sur de Italia, también es eso: leyendas de clanes, vírgenes en las fachadas, ropa tendida en la calle, gritos de la mamma que salen por los balcones y un aire de pobreza digna. ¿O es que todas las ciudades han de ser riquísimas y sofisticadas?

No hay que confundir sofisticación con cultura. Porque la Historia ha ido dejando en esta urbe amarilla y roja multitud de capas que se superponen. Ahí están las iglesias (la capilla de San Severo, San Giorgio Maggiore, Santa Chiara), las cúpulas y los palacios (como el Filomarino o el Riario Sforza, hoy convertido en hotel). Las oscuras, y sin embargo bellas, callejuelas del Spaccanapoli (el casco antiguo) rebosan vida. La vida de la gente normal que lucha cada día por poner una olla de pasta al fuego para su familia. Suba y baje las cuestas, aunque también podrá montarse en esos funiculares que nos trasladan a una época aún más oscura. Recorra plazas como la de San Domenico Maggiore, con su basílica y sus cuatro palacios, y la de Bellini, con los restos de las murallas griegas, el monasterio de San Antonio y el café literario Intra Moenia. Máscaras y pulcinellas emergen en las puertas de los numerosos talleres artesanales.

Para las compras, ya está la Via Toledo, justo al lado del degradado quartieri spagnoli, o barrio español, donde hay que tener cuidado con los carteristas y las empinadas cuestas. De museos va bien la cosa, sobre todo con el Arqueológico, historia viva de las ciudades de Pompeya y Herculano, sepultadas por la lava del volcán Vesubio, aún hoy queriendo dar sustos. Camine por las plazas Plebiscito y Trieste e Trento y admire la gran cúpula de la basílica de San Francesco di Paola. El Palacio Real y el Castel Nuovo (el más impresionante de los cuatro castillos de Nápoles) le dejarán boquiabiertos justo antes de sumergirse en el colorido Mercado de las Flores. El mar está esperando con su Mergellina (barrio de pescadores), su Castel dell’Ovo, su Paseo de Lungomare y su Riviera di Chiaia. No es más que el principio para recorrer la costa amalfitana, con la isla de Capri a la cabeza. Éste sí, un rostro bello sin arrugas.

Datos útiles:

  • Nápoles roza el millón de habitantes y suma otros dos con su área metropolitana.
  • El clima es mediterráneo y, por tanto, suave: en enero la temperatura es de 8 grados y en julio, de 23.
  • La moneda es el euro.

Foto | seleniamorgillo} else {

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