Lima se empieza a querer a sí misma. Ha llegado su hora. La capital de Perú se ha lavado la cara tras décadas de suciedad y autoestima baja en comparación con otras urbes latinoamericanas. Los rincones oscuros han desaparecido y limeños y turistas han comenzado a sacarle partido a la llamada ciudad de los reyes, de grandes espacios abiertos, edificios coloniales y dinamismo incesante.
La primera sorpresa es su fastuosa Plaza de Armas, con el Palacio de Gobierno (antigua casa de Francisco Pizarro), los soportales y la catedral, donde se encuentra enterrado el conquistador. A dos pasos de allí se sitúa el Parque de la Bandera y El Jirón de la Unión, una calle bulliciosa donde saborear la filosofía de vida limeña. El peso histórico de la Iglesia ha sido enorme y ha dejado huellas en forma de templos, como el de San Francisco, San Pedro y Santa Rosa de Lima. Entre uno y otro, contemple las balconadas y fachadas burguesas. Parada obligada: un café en alguna de las elegantes cafeterías del Pasaje de Nicolás de Ribera El Viejo. No hay que demorarse dando sorbos, ya que nos esperan los museos, como el de la Inquisición y el del Oro. España y Perú hermanadas a través de la Historia.
Se puede continuar con la ruta en el Centro Cultural de España y la sala La Ex Culpable, donde brotan las vanguardias en forma de pintura, vídeo, fotografía, performance o dibujo. El mar aparece al final de la Avenida Larco, donde uno puede pasear por el Parque del Amor y pasar un rato contemplando la costa de Lima asomándose al Pacífico. ¿Tiene ganas de respirar más aire salado? Apunte el nombre de algunas playas: El Callao, La Punta, Cerro Azul y Asia. Además de caminar, en ellas se puede practicar surf. Y por la noche habrá que ir al centro comercial Larcomar y cenar en una terraza al Pacífico. Cerca de aquí, en el distrito de Barranco, bohemio y trendy, hay más bares (muy divertidos) para continuar. Lugar ideal también para enamorados por sus parques, su Puente de los Suspiros y sus malecones. Habrá que pasarse por sus tiendas de diseñadores independientes. Los barrios tranquilos por los que pasear abundan. Uno de ellos es San Isidro, lleno de grandes casas y jardines increíbles domo El Olivar. Aunque para paisaje, nada mejor que el Parque de la Reserva de Lima, donde admirar las impresionantes fuentes de agua y contemplar el atardecer. De nuevo, los enamorados vencen.
El corazón también se conquista a través del estómago. Y la gastronomía de Perú está ahora más en boga que nunca por sus fusiones. Pruébelo todo, desde la comida criolla hasta la nikkei (mezcla de japonesa y criolla) pasando por la chifa (mezcla de china y criolla). No olvidemos que la influencia histórica de Asia, sobre todo Japón, es enorme en Perú. Cebiche, marisco de cualquier tipo, yuca, choclo (maíz blanco), carnes como la de cui (conejo de Indias) y llama… De postre, el pisco sour, bebida cuya invención se la disputan Perú y Chile. Se prepara agitando pisco, zumo de limón, azúcar y clara de huevo. Que disfrute de su trago.
Datos útiles:
- Lima tiene más de 7 millones de habitantes.
- El clima no es de temperaturas extremas, ni mucho calor en verano ni mucho frío en invierno. La humedad sí es alta.
- La moneda es el Nuevo Sol.
- Iberia ofrece vuelos a Lima desde Madrid, con una frecuencia de hasta 2 cada día. Para encontrar los mejores precios, le recomendamos que busque en www.iberia.com marcando “soy flexible en fechas”.
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