Mercadería ‘chic’ en el Born

08/01/2013

Barcelona guarda en sus entrañas un pueblo. Es el barrio del Born y procede de la Edad Media, época en la que celebraba las justas o torneos que medían la gallardía de los caballeros. Hoy nadie se mide ante la muerte con nadie, pero siguen existiendo callejuelas, palacios e iglesias casi míticas. El día en el Born se ha de empezar como está mandado: con un buen desayuno. Nada mejor que acudir a Lilipep (Carrer Pou de la Cadena, 8), donde sirven copiosos desayunos alemanes.

Hagamos un poco de ejercicio luego visitando la iglesia de Santa María del Mar, gótico depuradísimo del siglo XIV que Ildefonso Falcones convirtió en famosa con su novela La catedral del mar. Vea cómo el interior se eleva hasta el cielo con sus vidrieras y bóvedas de crucería. Enfrente está la pastelería Bubó, así que habrá que darse un homenaje con algún dulce. Detrás, el Passeig del Born, siempre está animado con sus comercios y terrazas. La calle Montcada está repleta de palacios y mansiones de comerciantes de la Edad Media, el Renacimiento o el Barroco. Algunos son el Cervelló, Damases, Baró de Castellet… En dos de esas casonas elegantes se ubica el Museo Picasso, con 3.500 obras procedentes de la época de juventud del pintor malagueño, y el Museo Textil, donde se aprende sobre tejidos e indumentaria histórica. Cerca queda el Xampanyet (Montcada, 22), un clásico bar que elabora su propio cava.

Con las burbujas, igual se abre de nuevo el apetito, así que tras pasar por placitas y balcones con flores llegaremos al Mercado de Santa Caterina, más barato que el de La Boquería, con una extraordinaria cubierta de cerámica colorida. Y más hitos históricos: el Palau de la Música Catalana, de principios del siglo XX, icono modernista de Domènech i Montaner. La hora del almuerzo puede ser la más dura, ya que no habrá manera de ponerse de acuerdo entre tanto maremagnum de bares y restaurantes. Dos propuestas, sin faltar a las demás: Kiosko (Carrer Marquès de l’Argentera, 1), con hamburguesas de carne ecológica y salsas caseras, y La Paradeta (Carrer Comercial, 7), con marisco y pescado fresquísimos.

La tarde se puede emplear en ver la capilla Marcús, una de las pocas muestras del Románico en Barcelona, y la iglesia de Sant Pere, pegada antiguamente a un monasterio benedictino hoy desaparecido. A dos pasos nos encontramos con Portal Nou, donde antes se erigía una de las puertas de la muralla y donde en la Edad Media se practicaban ejecuciones. Hay que reservar un rato para ir de compras por las tiendas de diseñadores emergentes que han convertido a la zona en baluarte de las nuevas tendencias. Por la noche se puede cenar de forma informal en Taller de Tapas (Plaça de Sant Josep Oriol, 9) y Cal Pep (Plaça de les Olles) y después tomar un cóctel en Cactus Bar (Passeig del Born, 30) o Gimlet (Carrer del Rec, 24). Y para bailar, un clásico: la discoteca Magic (Passeig de Picasso, 40), pequeñita y rockera. Ay, si los mercaderes medievales vieran este espectáculo…

Datos útiles:

  • Barcelona tiene 1.620.000 habitantes y casi dos millones más con su área metropolitana.
  • El clima de la ciudad condal es mediterráneo: las temperaturas son cálidas en verano y suaves en invierno. Casi nunca se producen heladas y raramente se bajan de los cero grados.
  • Iberia ofrece vuelos a Barcelona cada día. Los mejores precios, en www.iberia.com.

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