Nueva York, El Padrino y algo más que Little Italy | #destinosdecine

28/08/2013

– En esta habitación pasé mucho tiempo pensando en ti.

– Y te casaste con otra.

– Sí, pero pensaba en ti.

Es imposible que esta famosa frase de El Padrino III nos deje indiferentes, al igual que es más que probable que la Gran Manzana nos deje huella si tenemos el enorme placer de visitarla. Y, ¿qué sería de Vito Corleone sin Nueva York? ¿Y qué sería de Nueva York sin la Cosa Nostra?

Como apunta la famosa cita cinéfila, todo el mundo piensa que Nueva York y El Padrino están casados y que su espíritu habita en las calles del barrio de Little Italy, al sur de Manhattan. Y así es, aunque amenazados por la invasión que supone la expansión del vecino barrio de Chinatown (dicen que hoy en día menos del 5% de la población de la Pequeña Italia es de origen italiano)… Leyenda o realidad, los amantes de El Padrino seguro encontrarán su quintaesencia en los 400 metros de la calle Mulberry, entre Canal Street y Broom Street, donde cada mes de septiembre y durante 11 días se celebra la “Fiesta de San Genaro”, excusa perfecta para visitar Nueva York.

Seguimos en la calle Mulberry. Tras visitar la antigua Catedral de San Patricio, cuyo interior fue decorado de excepción para la escena del bautizo y que contó con los parientes del propio Coppola como extras, es momento de saborear unas cervezas en The Mulberry Street Bar (176 1/2 Mulberry, entre Broome y Grand). Antes conocido como Mare Chiaro, en él se filmó la escena de la tercera entrega de El Padrino en la que Vincent y Mary Corleone aparecen bebiendo. Y no nos podemos sin degustar un cannoli, delicioso dulce típico de Sicilia que se deja ver en El Padrino al ritmo de la curiosa frase «Leave the gun. Take the cannoli» (deja el arma, coge los cannoli).

Dicho esto, es un secreto a voces que El Padrino y Little Italy se han sido infieles, dando lugar a localizaciones no tan obvias de la película. No olvidemos que Nueva York se compone de otros cuatro distritos: Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island. ¿Nos aventuramos más allá de Manhattan? ¡Pues contemos hasta tres!

UNO. El Bronx, esa remota zona al norte, accesible tras un largo paseo en metro, tiene un nombre evocador de chicos malos y calles peligrosas. Allí, nuestros pasos deberán conducirnos hasta Belmont, conocida como la auténtica Little Italy y donde se rodaron varias escenas de El Padrino.

DOS. En Queens, al este de Manhattan, una de las localizaciones con las que más disfrutaremos (por haber cambiado menos) es su cementerio, donde se rodó la escena del entierro de Corleone.

TRES. Hasta Staten Island nos acercaremos para seguir descubriendo rincones emblemáticos de El Padrino. A la isla se accede a bordo de un ferry gratuito y desde él se puede disfrutar de una vista icónica de la Estatua de la Libertad. La aventura de ir hasta allí vale la pena, pues en ella se rodaron algunas de las escenas más apasionantes de la película. La casa de piedra de Vito Corleone sigue estando al final de la calle Longfellow, en el número 110, a la que se accede por una pequeña y sinuosa carretera. 10 números más allá, en el 120 de Longfellow Road, se rodaron las escenas de la boda de Connie.

De vuelta a Manhattan, aun nos quedan tres actividades “muy El Padrino” con las que podremos disfrutar de lo lindo. Podemos subirnos a un ferry hasta la interesante Isla de Ellis, punto de llegada de los inmigrantes europeos durante la primera mitad del siglo pasado. En él, Vito Andolini se convierte en Vito Corleone (véase un sublime Marlon Brando).

No lejos de Little Italy, en el East Village, encontraremos oculto entre las tiendas de moda un rincón que no sale en las guías: el desconocido Museo del Gángster Americano (80 Saint Marks Place). Si somos afortunados, su comisario Asher en persona nos mostrará la amalgama de fotos y objetos que inundan un espacio pequeño pero cargado de historia mafiosa.

Cruzando al otro bando, en el West Village, nos espera un restaurante inspirado en las frívolas décadas de los años 20 y 30. Nos enfundaremos nuestro traje de gánster o nuestro vestido de charlestón y disfrutaremos de una atmósfera al más puro estilo de El Padrino.

Hasta aquí un repaso de algunas de las localizaciones de El Padrino. ¿Quién se apunta ahora, entre copa y tienda en Nueva York, a conocer los rincones de la ciudad donde se movían los mafiosos con más tirón?

The End.

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