Por mucho que nos preocupemos por el futuro no cambiará nada. No hay que confundir preocupación con hacer planes para el futuro; solo es preocupación cuando de alguna manera nos encontramos inmovilizados por algo que ocurrirá en el futuro. Casi todos los seres humanos pierden un tiempo enorme en preocuparse y esto no sirve para nada ya que ni un solo minuto de preocupación puede mejorar el futuro; al contrario, nos quita eficiencia para vivir el presente. ¿Estáis preocupados por un posible futuro viaje en avión? No dejéis que os paralice.
Éste es un aspecto a modificar, ya que nos hace desperdiciar muchos momentos presentes en comportamientos que no nos brindan retribuciones positivas. La preocupación solo sirve para agregar estrés innecesario a la vida y no nos aporta nada. Provocamos que nos encontremos estresados. Algo semejante ocurre cuando nos sentimos deprimidos cuando llueve, no es a causa de la lluvia, sino porque nos estamos diciendo cosas negativas con respecto a la lluvia. Nosotros estamos provocando ese sentimiento.
Esto no quiere decir que nos debamos engañar diciéndonos cosas que nos hagan disfrutar de la lluvia, sino que más bien nos preguntemos: «¿Por qué voy a escoger la depresión? ¿Acaso deprimirme me ayudará a enfrentarme con la lluvia, de una manera más eficiente?»
Nosotros somos los responsables de lo que sentimos. Sentimos lo que pensamos y podemos aprender a pensar diferente sobre cualquier cosa si decidimos hacerlo. Preguntándonos a nosotros mismos, si vale la pena, si nos compensa ser infelices, estar deprimidos o sentirnos heridos u ofendidos. Entonces examinemos profundamente el tipo de pensamientos que nos está llevando hacia esos sentimientos de debilidad que no nos sirven para nada más que para paralizarlos y evitar que disfrutemos de nuestros momentos presentes.
Por más que nos deprimamos no lograremos recuperar lo perdido, deprimirnos solo nos va a servir para agregar a la pérdida el malestar que nos autocausamos deprimiéndonos y además no podremos disfrutar del presente. Así que, ¡pongámonos manos a la obra! Y no perdamos el tiempo en pensamientos que no nos hacen felices.
Foto | juanjominor
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