México es de película

26/05/2014

Xochimilco zapataSeñoras y señores, nadie dijo que ser un trotamundos responsable fuera tarea fácil. Para ser un auténtico viajero, uno de esos que se esfuerza en integrarse al máximo en el destino que planea explorar, se requieren prácticas concienzudas, como intimar a priori con la realidad socio-cultural del territorio en el que uno se va a adentrar. En el caso de México, la tarea es fascinante. Y si le añadimos cierto vocabulario, como niña fresa, mirrey, antro o princesas de Polanco, la experiencia se verá salpimentada con ricos matices.

Si de verdad queremos documentarnos para nuestro viaje a México D.F. y además hacerlo de una manera muy amena, visionar la comedia mexicana Nosotros los Nobles (2013) suena como un buen plan. No son bromas, pues nos referimos a la cinta que cambió la forma de hacer cine en ese país. ¿El resultado? Ser la segunda película más taquillera de la historia de la cinematografía mexicana (fue la primera durante muchos meses hasta la llegada de «No se aceptan devoluciones», en septiembre de 2013). En tan sólo un fin de semana superó el número máximo de descargas que hasta ese momento tenía la película Batman.

Nosotros los Nobles narra la historia de Germán Noble (Gonzalo Vega), un empresario de éxito que busca darles una lección de vida a sus tres hijos malcriados (Karla Souza – la niña fresa– , Luis Gerardo Méndez –el mirrey– y Juan Pablo Gil – el hipster– y simula que están en la quiebra, por lo que deberán hacer algo que nunca antes habían hecho: trabajar.

Dicen que buena parte del éxito de la película radica en la realidad y la honestidad de su historia, que transita por un México fascinante y lleno de contrastes, en el cual las colonias (sus barrios) separan mundos diametralmente opuestos. El hilarante filme se hace eco tanto de las zonas fresa, auténticos paraísos de calles impecables y locales perfectos, como de las localizaciones algo más difíciles.

Ese último fue el caso de la escena en la que Karla e Ianis van al centro mayorista más grande del mundo, la Central de Abastos (Canal de Rio Churubusco s/n, esquina Canal de Apatlaco), para cuyo rodaje acabaron dejando fluir la rutina de ésta, incapaces de cerrar pasillos o paralizar el movimiento cotidiano.

El director explicó que costó aún más trabajo el escenario de Tasqueña (la línea 2 del metro), en cuyas inmediaciones se localiza la Central Camionera del Sur, una terminal de autobuses que brinda servicios de viajes a varios estados de la República Mexicana. En la parada de peseros (minubuses) Tacubaya, donde trabaja el personaje de Javi, los chóferes que operaban la ruta no querían permitir la filmación. El director lo resolvió con picardía, al contratarlos como los amigos del personaje para que actuaran en la película.

Buena parte de la cinta transita por la cochambrosa casona a la que se muda la familia, que está en Santa María la Ribera, una colonia tradicionalista y de gran valor arquitectónico e histórico en la Ciudad de México. Ubicada al noroeste del actual centro histórico, en ella encontraremos el bello Kiosco Morisco, una de sus construcciones más características y símbolo de todo el barrio.

Curiosidades aparte, el México de lujo y glamour es el que predomina en la película. Si visitamos el Distrito Federal, merece la pena:

De día, deambular por las bonitas y exclusivas calles de la colonia Polanco para codearnos con niñas fresa, mirreyes y hipsters de carne y hueso. Al principio de la película, la protagonista almuerza con su amiga en el restaurante Ivoire (Emilio Castelar 95), un local muy glam desde donde ver y ser visto y que sirve ensaladas ricas, platos de quesos y deliciosas tartas. Acudir al mismo bonito local en el que Bárbara, de Nosotros los Nobles, hace su curso de danzas exóticas: el Agora Lucis. Un sitio muy zen y muy de moda donde también se sirve comida orgánica y saludable.

De noche, acudir a los antros más exclusivos, como el Sens o el Obelisco. Durante años, el Sens (Paseo de los Tamarindos 90,
 Bosques de las Lomas- el barrio más exclusivo de la ciudad) se ha mantenido como uno de los clubs nocturnos más glam y exclusivos de la Ciudad de México. La bebida más solicitada, como buen bar fresa (pijo), es el champán, aunque también veremos muchos vasos con tequila, ron, vodka o mezcal. La bebida de la casa son las chispas de canela (tequila flameado con canela).

Nada tiene que envidiarle el Obelisco, club nocturno VIP inaugurado en la Colonia Polanco en 2011, donde proliferan los virreyes (hijos de papá). Una de las discotecas más famosas y exclusivas del D.F., elegida por las personalidades conocidas de la ciudad (Campos Elíseos 325, Distrito Federal).

Hay México para todos. Existe el de las calles regulares y ordenadas y el del caos. Sea como fuere, podríamos (y deberíamos) pasar días recorriendo y descubriendo sus innumerables museos, sus coloridos mercados, sus tiendas y sus parques, todos empaquetados y envueltos en barrios apasionantes. Como se diría en español mexicano: ¡mamacitaaaaaa!, ¿te lo vas a perder?

Foto | Marita Acosta