Hay lugares por los que al pasear tienes una extraña sensación de dejá vu; ocurre en el Central Park, el conocido pulmón verde de Nueva York, donde aunque sea tu primera visita, reconocerás rincones con cierta familiaridad, sintiéndote parte de una película donde de fondo, como banda sonora, sonará el saxofón de Charlie Parker.
No obstante, el parque, diseñado y construido entre 1858 y 1873 por el paisajista Frederick Law Olmsted y el arquitecto Calvert Vaux, ha sido multitud de veces escenario de películas. Que se lo digan, si no, a Woody Allen, que ha sabido sacar los mejores encuadres del parque en películas como Annie Hall, Hannah y sus hermanas, o en Delitos y Faltas.
Lo cierto es que en un viaje a Nueva York, igual que no puede faltar una visita a la Quinta Avenida, el Empire State, Times Square de noche, la Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn o, entre muchos más, el Chrysler Building, tampoco debe faltar un paseo por Central Park. Pero en un parque con más de 320 hectáreas ¿Qué no te puedes perder de Central Park?
Zonas verdes
Si el Central Park es conocido como el pulmón verde de Nueva York, será por algo… Aquí el horizonte es de color verde, como en el Great Lawn, la pradera más grande del parque, una extensión verde, donde la gente acude para hacer su picnic. En verano es lugar donde se realizan eventos musicales gratuitos.
Lagunas
No todo va a ser verde en Central Park, sus lagunas y estanques se encargan de poner el color azul a nuestro alcance. A vista áerea, el Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, es el estanque más grande del parque. En realidad, el Reservoir, como se le conoce popularmente, nació a modo de laguna para suministrar agua a la ciudad de Nueva York, aunque hoy, evidentemente ya no tiene tal uso.
Si lo tuyo es la pesca no te dejes las cañas en tu viaje a Nueva York porque en el Harlem Meer, se permite pescar. Aunque eso sí, no te lleves las piezas a casa, una vez pescadas hay que devolver los peces vivos al estanque…, es lo que tiene la pesca deportiva.
Fuentes y esculturas
Aunque en una visita al Central Park debes olvidar el reloj para poder disfrutar; el conejo blanco de Alicia te guiará con urgencia a la escultura dedicada al popular libro de Lewis Carroll, Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. La escultura es una delicia para grandes y pequeños (los pequeños la pueden incluso escalar, mientras que los adultos nos tendremos que contentar con imaginarnos escalándola), se encuentra ubicada al norte del Conservatory Water, uno de los muchos lagos del parque y es otra más de las múltiples referencias literarias que encontrarás en tu paseo. Pero, de todas formas, quizá la escultura más emblemática del parque sea la Fuente Bethesda.
Algo de deporte
Si te preguntas si será cierto eso de que en Central Park todo el mundo corre, al menos en las películas sobre Nueva York así parece, una visita al parque te mostrará que sí. Bueno, quizá, todo el mundo es mucho mundo, incluso para los más de diez kilómetros de pistas que hay. Tan importante es la práctica del deporte en Central Park, que es aquí donde termina el Maratón de Nueva York. Pero, a parte de la famosa pista de jogging alrededor del estanque artificial Jacqueline Kennedy Onassis que ha aparecido en numerosas películas, también puedes practicar otros deportes: béisbol, baloncesto, tenis, e incluso, en invierno, patinaje sobre hielo.
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