Perderse en Viena antes del amanecer

25/09/2014

Tarta Sacher de Viena, en Austria

Volemos con la mente hacia cosas especiales. Hablemos de películas en las que aparece Viena, hablemos de destinos de cine. Hablemos de la chispa que salta por el roce del diálogo maravilloso entre dos extraños en un tren:

 Jesse’: Tengo una idea loca, pero si no te pregunto me arrepentiré por el resto de mi vida.

Celine’: ¿Cuál?

‘Jesse’: Quiero seguir conversando. No sé cuál es tu situación, pero siento que tenemos una conexión. ¿Sí?

Celine’: Sí, yo también.

Jesse’: Genial. Esta es la idea. Bájate conmigo y visitemos la ciudad. Si resulto ser algún psicópata te subes al siguiente tren. Piénsalo de esta manera: imagínate dentro de 10 o 20 años, ¿sí? y estás casada. Pero tu matrimonio no tiene la energía que solía tener. Culpas a tu esposo y piensas en los hombres que conociste en tu vida y lo que podría haber pasado si te hubieras quedado con uno de ellos. Bueno, yo soy uno de esos hombres. Considéralo como un viaje por el tiempo del futuro hacia ahora para saber lo que te perderás. Sería un favor enorme para ti y para tu esposo descubrir que no te perdiste nada. Sólo soy un fracasado igual a él. Así que elegiste bien y estás muy feliz.

Celine’: Está bien, iré por mi equipaje.

Hace poco, revisité fortuitamente una película de la adolescencia, casi olvidada: “Antes del Amanecer” (1995). La primera entrega de la trilogía de Linklater, aparte de atrapar en la red de sus trepidantes diálogos, deja entrever por las rendijas de la aguda verborrea de sus personajes un telón de fondo sutil pero siempre presente: la capital de Austria.

A lo largo de un recorrido nocturno que desearíamos entrara en un bucle infinito, descubrimos la exquisitez de Viena, acurrucada a los pies de las primeras estribaciones de los Alpes. De la mano de sus personajes, deslumbrantemente interpretados por Ethan Hawke y Julie Delpy, damos el mejor paseo por sus calles, sus rincones y su magia.

Hay destinos que emocionan, al igual que hay ciudades que ponen los pelos de punta, que dejan una huella imborrable. Es el caso, para la que firma, de Viena. Una capital que exuda elegancia y delicadeza por sus poros, que es tan bella que hasta da rabia.

Está claro que la Viena de los grandes monumentos ya sale en las guías, pues un centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad bien lo merece. Lo que te propongo es mirar, a través de la pantalla, las partes no turísticas de la ciudad, esos rincones con encanto que todo viajero sabio anhela. Porque recorrer Kärntner Straße y Graben, con sus tiendas de moda de marcas prestigiosas, o hincarle el diente a la tarta Sacher en el emblemático café del hotel del mismo nombre, pueden ser urgencias pero más importante me parece pasar horas, por poner un ejemplo, en una pequeña cafetería escondida en las calles secundarias de la capital perfecta.

Aquí van 10 propuestas de actividades en Viena, momentos diferentes basados en escenas y localizaciones de “Antes del Amanecer”, que son:

  1. Comprar discos de culto. Imposible olvidar esa tienda de vinilos y ese momento íntimo con la deliciosa canción de Kath Bloom, “Come here”, sonando de fondo. Para recrear la escena iremos a los  distritos 5 y 7 de Viena, donde se concentran las tiendas de discos, como Record Shack.
  1. Pasear, como Jesse y Céline, por Maria Theresien-Platz, en el distrito 1, entre el Naturhistorisches (Museo de Historia Natural) y el Kunsthistorisches Museum (Museo de Historia del Arte, uno de los más ricos del mundo).
  1. Moverse en tranvía por la capital de Austria.
  1. Ocupar una mesa en el Café Sperl (Gumpendorfer Straße, 11) y recrear la divertida escena en la que Céline simula una llamada telefónica ficticia a su amiga de París, entre billares, muchos periódicos para leer y una carta de lo más dulce.
  1. Recorrer la sección judía del Cementerio Central de Viena (Simmeringer Hauptstraße, 230-244 al 1110) y descubrir la cantidad de personajes ilustres sepultados en él, especialmente músicos, como Beethoven.
  1. Subir y bajar en la noria de Viena, del parque de Prater (Riesenradplatz, 1) porque, para besos de película, el que se dan a bordo de una de sus cabinas.
  1. Transitar por la orilla del Danubio (o en un romántico paseo en barco por el río).
  1. Dejarse sorprender por la estación de tren Westbahnhof. Su diáfana estructura destaca por sus vistas (no hay que perderse ese amanecer y las agujas de la iglesia).
  1. Respirar la atmósfera de Franziskanerplatz y su Kleines Café (Franziskanerplatz 3), una de las zonas más antiguas de Viena y una de las plazas más bonitas de la ciudad.
  1. Contemplar la iglesia Maria am Gestade (Salvatorgasse 12), singular muestra de estilo gótico.

Y ya. This is The End. El final (o el principio) del amor que surge entre los personajes de «Antes del Amanecer» y, en paralelo, entre el espectador y la ciudad. Un trío amoroso, por una vez, posible. Como el de Iberia, Viena y tú. ¿Te animas a volar?

Foto: Youexpo

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