¿Quién no conoce París? Es una de esas ciudades que aunque nunca antes la hayas pisado, al llegar la reconoces, la sientes próxima, cercana y amistosa como una postal; pero, París también tiene su lado algo más desconocido para no aburrir con tanto tópico que la pone en peligro. Digamos que en París siempre tienes algunos planes alternativos que hacer para convertirte en un auténtico parisino.
La Défense
La Défense es el barrio moderno de negocios del oeste de París. Se caracteriza por edificios prácticos de hormigón y vidrio y aunque parezca, así de entrada, un lugar poco adecuado para pasear durante una visita a París, sus jardines y más de sesenta esculturas de arte contemporáneo, repartidas y perfectamente localizadas por varios puntos del barrio, hacen de La Défense un lugar agradable que visitar. El jardín dedicado al ilustrado filósofo Diderot es un buen rincón donde descansar y olvidarse de todos los turistas de la ciudad.
Cementerio del Père-Lachaise
Uno de los cementerios más famosos del mundo, precisamente por los famosos que descasan en él, pero también por su belleza paisajística. El Cementerio del Père-Lachaise es el cementerio más grande de París y los parisinos suelen utilizarlo para dar ligeros paseos por él. Si te animas a dar un paseo entre cruces, algo muy recomendable, podrás conocer parte de la historia de París y del arte mundial, con ilustres tumbas como las de Marcel Camus, Jim Morrison, o entre otros muchos, Oscar Wilde.
Le Camion qui fume
¿Un camión que fuma y dónde se venden hamburguesas?
Recientemente, en París todos se vuelven locos con este camión de hamburguesas, al más puro estilo americano pero con buen acento francés. Se trata de una iniciativa de gastronomía móvil que adapta esta tendencia mundial también en la capital francesa. Al ser su naturaleza móvil, hay que estar atentos a su página web para saber cuáles serán las próximas paradas que haga y a qué hora (algo importante pues suele haber mucha afluencia de público).
Marché aux Puces
Éste es el lugar a dónde acudir en París para perderse en otros tiempos, para disfrutar de cachivaches, objetos y trastos viejos, encantadores en su olvido. El Mercado de las pulgas de París es perfecto para divertirse con el reflejo de uno en un espejo antiguo o para buscar revistas y mapas de tiempos pasados. El mercado sigue en activo desde 1880 y hoy, compres o no algo, seas coleccionista o no de antigüedades, es un paseo imprescindible que debes animarte a hacer en París.
La Flèche d’Or
Que no la de cupido, aunque París sea la ciudad de los enamorados. Esta otra flecha es musical. En 102 bis Rue de Bagnolet podemos encontrar una de las salas de conciertos más populares actualmente en la ciudad. Está situada en una antigua estación de la petite ceinture, el antiguo metro que circundaba Paris. La Flèche d’Or es un buen lugar para disfrutar de la música por la noche cuando uno ya lo ha visto todo en París.
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