Formentera, un paraíso natural al alcance de tu mano

01/07/2015

Playa en Formentera

Formentera es la isla más meridional de Baleares y, quizá, la menos conocida del archipiélago conformado también por sus hermanas mayores Ibiza, Mallorca y Menorca. Pero esta cuestión, lejos de resultar un lastre, ofrece un sinfín de oportunidades que harán que, una vez que la visites, no dejes pasar la oportunidad de volver. Es aquí donde la naturaleza adquiere su esencia y la eleva a las más altas cotas: su sobrenombre de ‘último paraíso del Mediterráneo’ no es una denominación vana ni artificial, sino un merecido reconocimiento a la cuidada conservación de sus espacios. Esta joya del mare nostrum ha sabido conjugar a la perfección turismo sostenible y medio ambiente, y eso es algo que se respira desde el primer momento en que se pisa la isla. Isla a la que, por cierto, sólo se puede acceder en barco desde Ibiza.

Sus playas son el principal regalo que Formentera ofrece al visitante: espacios abiertos y acomodados por aguas azules, fina arena blanca y horizontes infinitos que te trasladarán al paraíso. Ses Illetes, en la punta norte, y Migjorn, un poco más al sur, son las playas más conocidas, pero ni siquiera éstas caen en las aglomeraciones típicas de otros puntos costeros de la geografía española. Un motivo más de diferenciación estriba en la casi ausencia de edificios a lo largo de su litoral, lo que hace posible un contacto pleno con el entorno. Si eres de los que prefieren disfrutar de la naturaleza de una manera más íntima, Cala en Baster, Ses Canyes o Caló des Mort se erigen como tres de sus calas más bellas, rincones alejados del ruido donde relajarte se convertirá en la mayor de tus preocupaciones. Y, si lo que deseas es disfrutar de uno de esos paisajes dignos de postal, nada mejor que contemplar el atardecer desde el Faro de Cap de Barbería, ubicado en el extremo más al sur de la isla. Todos tus sentidos disfrutarán al unísono.

Faro en Formentera

La excepcional ubicación de Formentera le permite ofrecer numerosas posibilidades orientadas a los amantes de los deportes acuáticos, como rutas en kayak, vela o submarinismo. Sus aguas cristalinas y su temperatura constante durante todo el año posibilitan que el buceo se convierta en una de las principales atracciones de la isla; la variedad de paisajes submarinos, plagados de cuevas y pecios, se encarga de hacer el resto. No en vano, la Reserva Marina dels Freus alberga las célebres praderas de posidonia, una especie endémica del Mediterráneo, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Verlas de cerca es una experiencia sin parangón.

¿Tus vacaciones son en familia? No te preocupes, las opciones de las que dispones tampoco son menores. Los pequeños pueden estar en contacto con la naturaleza en una de las muchas rutas de senderismo que se pueden recorrer sin grandes dificultades, tanto a pie como sobre dos ruedas, pues Formentera es una isla muy llana. Si elegís pedalear, desde 4€ por persona y día podréis alquilar bicicletas sobre el terreno. Camí de Sa Pujada es la ruta más recomendada incluso para ir acompañado de niños, teniendo la oportunidad de divisar paisajes de ensueño. Y, por qué no, qué mejor vivencia familiar que un divertido paseo a caballo por la isla, disfrutando de la brisa marina y de la naturaleza desde un punto de vista completamente diferente: lo pasarás mejor que tus hijos, y lo sabes.

Panellets, repostería de Formentera

Tres cosas que no te puedes perder en Formentera:

· La feria artesanal de La Mola se celebra las tardes de todos los miércoles y domingos del verano, de junio a octubre, un auténtico mercado hippie en el que podrás adquirir objetos de artesanía de diferentes materiales como plata, madera o piedra. Ubicada en el extremo sur de la isla, en ocasiones también hay música en directo.

· Los dulces más tradicionales de Formentera son los panellets (arriba), que se consumen especialmente con motivo de la festividad de Todos los Santos, el 1 de noviembre. Esta sabrosa mezcla de huevo, azúcar, almendra y piñones hará tu boca agua.

· La pequeña isla de s’Espalmador está ubicada a escasos 150 metros de Formentera por su extremo norte, e incluso es posible llegar caminando de una a otra cuando está baja la marea. ¿Qué la hace famosa? Sus baños de barro, donde podrás revolcarte a tus anchas para que tu piel quede como nueva.

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