Hoy os llevamos a Argentina. Barato versus caro, seguro versus inseguro… El debate podría enrocarse eternamente y, para ser salomónicos, resolveremos por lo sano: la cuna del tango es, simple y llanamente, una maravilla de destino. Las cuentas claras y los viajes, intensos.
Hoy transitaremos por algunas de las películas rodadas en Buenos Aires, así como por sus localizaciones más interesantes y curiosas. Los tópicos están para algo y ese algo es usarlos y abusarlos a gusto del consumidor. Por eso empezamos el recorrido por el cine y Buenos Aires con Evita, pues pocas figuras hay más célebremente argentinas que la gran Eva Perón. Además, una de sus localizaciones nos parece muy romántica, muy carne de gran pantalla. Se trata de las escenas que se rodaron en la estación de tren de la capital y que nos transportan, siguiendo las huellas de sus fotogramas, hasta el porteño barrio de Retiro, un importante centro de comunicaciones de la ciudad. En él, en concreto en la Avenida Ramos Mejía (entre Av. del Libertador y Av. Antártida Argentina) se encuentra la estación homónima, uno de los ejes de transporte de y hasta la capital. Los viajeros que caigan en la tentación de recorrer aquel país gigante, podrán desde aquí iniciar sus caminos de larga distancia por Argentina.
La zona de Retiro, entre los barrios de Recoleta, San Nicolás y el río de la Plata, da para un recorrido turístico salpicado por retazos de historia. La Plaza General San Martín es su principal espacio verde y la adornan, de fondo, puntos de interés como la Torre Monumental (antes Torre de los Ingleses), el Monumento a los caídos en Malvinas o el Monumento al General San Martín.
Para momentazos de la película, eso sí, nos quedamos con la emblemática plaza de Mayo y su Casa Rosada, sede del Gobierno Argentino, y desde cuyo balcón Madonna cantó a los cuatro vientos su Don´t cry for me, Argentina.
Siguiente sesión. Palomitas en mano, nos colamos en la sala donde se proyecta la oscarizada El secreto de tus ojos (2009). Otro de los tópicos asociados a Argentina es (todos a una) el fútbol, la mejor guinda sobre un viaje por este imprescindible destino de América del Sur. En ese sentido, la cinta de Campanella nos lanza una buena idea: una visita al Estadio Tomas A. Ducó (Amancio Alcorta 2570), declarado Patrimonio Histórico y de Defensa Estructural de la Ciudad de Buenos Aires. Ahí, en El Palacio (como se le conoce), se rodó una de las escenas más trepidantes de la cinta, en la que buscan a un fugitivo mientras se celebra un partido entre el Huracán y el Racing de Avellaneda.
Buenos Aires es una ciudad dividida en 48 barrios y unida, a la vez, por todos ellos. Un crisol de idiosincracias y estilos que necesita días y calma para ser saboreado. Palermo es uno de los más conocidos y fotografiados, gracias por ejemplo a joyas como su Biblioteca Nacional, así como a su ambiente tranquilo. De día, acercarse al bullicioso barrio de San Nicolás y conocer de la mano de un guía los más de cien años del Teatro Colón (Cerrito 628, junto al metro Tribunales) es el favorito de todos; y de noche, el café Tortoni, el bar más antiguo de Buenos Aires, no parece haber agotado su fórmula y atractivo. A unos pasos del teatro y, por tanto, de un punto emblemático de la ciudad como es el Obelisco, se puede comer -y muy bien- un menú degustación en el elegante Tomo I (Carlos Pellegrini, 521). La lista de encantos sigue y sigue. This is not the end.
Hasta aquí nuestro paseo de cine por Buenos Aires. En el tintero quedan aquellos rincones que, a pesar de no haber aparecido en ninguna película, serían dignos de ello. ¿A que huele a secuela?
Foto | Hernán Piñera
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