La España judía sigue fascinando quinientos años después

06/08/2015

Toledo

El mes pasado, el Congreso español aprobó la ley que concede la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España. Al hablar de sefardíes nos referimos a los judíos que habitaron la Península Ibérica hasta 1492, cuyo nombre procede del término Sefarad, que es como se conocía la península en la tradición hebrea. Conformaron comunidades influyentes a lo largo del país con personalidades que llegaron a erigirse en referentes en materia de gobierno, de economía y, sobre todo, del ámbito cultural. Se estima que hubo épocas en las que el número de sefarditas en España superó los 200.000, existiendo incluso poblaciones, como Lucena, en la provincia de Córdoba, habitadas exclusivamente por judíos. Ser sefardí llegó a ser algo tan prestigioso que, por ejemplo, sigue perenne el mito de que los judíos toledanos conservaron las llaves de sus casas pensando en que no tardarían en regresar.

Sinagoga de Córdoba España

Córdoba

Fue uno de los centros neurálgicos del judaísmo en España y el lugar donde, quizá, mayor esplendor alcanzó esta cultura gracias a su simbiosis con los musulmanes de la época. El rabino y filósofo Maimónides, figura clave del medievo, concentra a la perfección esa virtud. Varios siglos después, el centro de la ciudad todavía conserva ese multiculturalismo del que ha hecho gala durante toda su historia, siendo posible respirar un aroma místico que impregna sus paredes, sus rincones y también a la multitud de visitantes que deciden empaparse de una historia fascinante. La calle Judíos se encarga de vertebrar la judería de Córdoba, ofreciendo a través de sus blancos muros encalados la posibilidad de visitar la Casa de Sefarad (también conocida como ‘Casa de la Memoria’), la plaza Tiberíades o la Sinagoga de Córdoba, que es la única que se conserva en Andalucía de esta época y una de las tres que existen en España, junto a otras dos en Toledo.

La Judería de Sevilla España

Sevilla

En la capital andaluza, el legado judío afloró especialmente en los barrios de Santa Cruz y San Bartolomé, dos zonas contiguas ubicadas en pleno centro de la ciudad, a escasos metros de la catedral hispalense. Contemplada como una de las más antiguas de España, la judería es fácilmente reconocible por sus calles estrechas, laberínticas, muchas de ellas empinadas, que abrazan edificios y plazas de una belleza sublime. Son lugares donde el tiempo parece detenerse para explicarnos, en silencio, cómo aquel enclave llegó a ser uno de los más prósperos del mundo. Las calles Pimienta, Mateos Gago o el Callejón del Agua, sumadas a antiguas sinagogas donde se establecieron más tarde las Iglesias de San Bartolomé o Santa María la Blanca, conforman una ruta de elevado interés cultural. La necrópolis judía, en los extramuros de la ciudad medieval, es una muestra más de la importancia que tuvieron los sefardíes dentro de la ciudad. En el Centro de Interpretación de la Judería es posible conocer con gran detalle la historia de los judíos que habitaron Sevilla.

Sinágoga del Tránsito Toledo España

Toledo

El caso de Toledo es aún más especial, si cabe, debido a que durante décadas convivieron en paz las tres culturas y religiones mayoritarias: cristianos, judíos y musulmanes. Concebida históricamente como la capital de Sefarad, el sobrenombre de ‘la Jerusalén de occidente‘ se debe a que llegaron a documentarse hasta doce templos mayores sefardíes. Entre ellos, destacan excelsas obras de arte como la Sinagoga Nueva de Yosef ben Shoshan (Sinagoga de Santa María la Blanca) o la Sinagoga de Semuel ha-Leví (Sinagoga del Tránsito), la única edificada en el siglo XIV, debido a la expresa prohibición de construirlas. Fue ésta una lúcida excepción. Justo a su lado se encuentra el Museo Sefardí de Toledo, una visita obligada para comprobar de primera mano la enorme influencia que esta comunidad tuvo en la ciudad durante siglos. Su judería se ubica entre el actual barrio de Santo Tomé y la Puerta del Cambrón. La cultura sefardita está tan arraigada en Toledo que cada año se programan diversos congresos, cursos o actividades para abordarla, como la Jornada Europea de la Cultura Judía, celebrada cada año a comienzos de septiembre.

Barrio judío EspañaCataluña / Islas Baleares

Mención aparte merecen los calls, que es el vocablo catalán que designa a las juderías. Hubo ciudades en estas zonas catalanoparlantes en las que la población sefardí tuvo una gran presencia y llegó a suponer un elevado porcentaje en la ciudad. En Palma de Mallorca, por ejemplo, llegó a conformar el 15% del total. Los calls más importantes fueron el de Barcelona y el de Girona: el primero estaba ubicado en lo que actualmente es el Barrio Gótico de la capital catalana; el segundo, en la Força Vella, y es considerado uno de los barrios judíos mejor conservados del mundo. Aquí es posible visitar el Museo de Historia de los Judíos, en el que destaca la colección de lápidas hebreas medievales procedentes del cementerio judío de Montjuïc.

Otros lugares dignos de mención

La presencia de sefardíes, aunque no tan numerosa como en los anteriores enclaves, también fue notable en otras ciudades de la Península Ibérica como Burgos (que tenía dos juderías, la Judería de Arriba y la Judería de Abajo), Soria, Valencia, Málaga o Zaragoza, cuya judería llegó a contar con hasta cinco sinagogas. Más de cinco siglos después, los descendientes de los judíos que poblaron la España medieval podrán ver un poco más de cerca cómo su estirpe ayudó a poner las bases para que, durante siglos, el país se convirtiera en un referente mundial.

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