Volar a San Petersburgo con la mente

13/08/2015

visitas culturales en San Petersburgo, RusiaSan Petersburgo es mucho más que el Hermitage. Y considerando que este museo con mayúsculas es uno de esos centros de arte que hay que visitar al menos una vez antes de morir, la cosa se pone seria. La segunda ciudad rusa en importancia, para muchos la hermana elegante y refinada de Moscú, obtendría con mención Cum laude cualquier Doctorado en creatividad.

Gaughin, Degas, Van Gogh, Renoir…, todos están muy a gusto en el Museo del Hermitage. ¡Y cómo para no estarlo! En las aguas del río Neva se reflejan las siluetas de este complejo arquitectónico único en el mundo, uno que deja sin aliento. Cual matrioska, sus múltiples continentes encajan a la perfección y la suma de los contenidos del Teatro Hermitage, el Gran Hermitage, el Pequeño Hermitage y el Palacio de Invierno componen las distintas capas de un envoltorio para un arte que estimula sin límites, que le hace a uno sentirse vivo. Hablamos de pura belleza, hablamos de la esencia concentrada de disciplina y talento (*).

San Petersburgo tiene fama de deslumbrar. ¿Por qué será? 635 kilómetros la separan de su hermana mayor. Su centro, plagado de monumentos espléndidos y protegido de la proliferación de edificio alto alguno (normativa mediante), es desde hace 25 años patrimonio de todos. La lista de cosas a ver en La Venecia del Norte es agotadora, en el mejor sentido de la palabra. Arquitectónicamente hablando, los creatívoros viajeros del mundo hallarán en ella su edén clásico particular. Y como curiosidad, aquellos que quieran presumir de haber estado en el edificio más antiguo de San Petersburgo, tan solo deberán acercarse al Malecón Petrovsky. La reliquia en cuestión es la casa de madera del siglo XVIII mandada construir por Pedro I el Grande, flamante fundador de la ciudad.

Para moverse por San Petersburgo con gracia basta poco, pues a medios pintorescos como el tranvía o más convencionales como el Metro de San Petersburgo se les suma uno aun más original: el transporte fluvial que conduce al visitante por los ríos y canales que cruzan la ciudad. Atractivo, ¿verdad? Como atractivas son las cúpulas, que por algún misterioso motivo estiran de nuestras mentes y nos atraen hacia Rusia como poderosos imanes. En San Petersburgo las hay de múltiples colores y formas, siendo la de la Catedral de San Isaac una de las más representativas. No, no decepciona…, ¡ésta sí es una iglesia espectacular! Por su envidiable colección de arte es también museo y recomendamos subir hasta el tambor de su domo, desde donde las vistas sobre San Petersburgo son espectaculares.

A los culturetas les encantará saber que la Nevski Prospekt es otro motivo de peso para que el destino ruso que hoy nos ocupa sea tachado desde ya de la lista de pendientes. Nos referimos a la principal avenida de San Petersburgo, presente en muchos momentos artísticos contemporáneos. Uno de los responsables, en el caso de la literatura rusa, fue Nikolái Gógol y su relato corto «La Avenida Nevski», en el que la calle es un personaje en si mismo. Esta vía histórica da título también a una de las canciones de Franco Battiato, el famoso músico italiano. ¿No habéis escuchado su canción titulada “Perspectiva Nevski”? Dadle al play y volad con la mente hasta San Petersburgo, una ciudad cargada de historia, cultura, creatividad y curiosidades. Antes de retirarnos por hoy, un último consejo: prohibido viajar a la perla báltica sin haber leído al gran Dostoyevski, cuya célebre novela «Crimen y castigo» se desarrolla en la ciudad peterburguesa.

(*) Por cierto, tomad nota de que el primer jueves de cada mes la entrada a tal templo de la maestría es gratis para todos.

Foto |13 haylee (con modificaciones).

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