El Caribe mexicano siempre ha representado lo que muchos concebimos como el auténtico paraíso: arena blanca, aguas claras de color turquesa, palmeras por doquier y un entorno natural incomparable. La esencia de la vida, para entendernos. Por este motivo, la Península de Yucatán y la Riviera Maya se han convertido desde hace décadas en las zonas más visitadas de México al ofrecer no sólo maravillosas playas, sino también múltiples opciones culturales, de ocio y de compras. Sus ciudades más conocidas son Cancún y Playa del Carmen; dos destinos que, aunque sólo están separados por setenta kilómetros, constituyen modelos de turismo casi antagónicos. ¿Buscamos las diferencias?
Huelga decir que las playas son inmejorables en cualquiera de las dos ciudades, aunque existe una sutil distinción: en Playa del Carmen todo el litoral es público y su ambiente se caracteriza por una tranquilidad imperturbable, a lo que ayuda que en ciertas ocasiones haya considerables distancias entre hoteles. Sin embargo, al tratarse de un enclave mucho más pequeño, las masificaciones en fechas señaladas pueden llegar a notarse; por su parte, Cancún cuenta con un mayor número de kilómetros de litoral, por lo que, aunque acuda el mismo número de visitantes, sus playas siempre las encontrarás holgadas y dispondrás de más espacio.
En lo que respecta al ocio, Cancún alberga orgullosa una de las mejores vidas nocturnas de México, con infinitas opciones de bares, restaurantes y discotecas, allí llamadas ‘antros’: cualquier día de la semana será bueno para salir a cenar, tomar unas copas o disfrutar de excelente música. Se trata de una ciudad con un ambiente envidiable y orientado a todos los estilos. Playa del Carmen, por su parte, es un lugar mucho más sosegado: los resorts sí ofrecen ciertas posibilidades, pero más allá de sus fronteras no existe gran movimiento nocturno; sería necesario dirigirse hasta el centro de la ciudad para poder llevar a cabo la típica ronda de bares.
¿Y si queremos conocer otros puntos clave de la Riviera Maya? En este apartado, la ubicación de Playa del Carmen facilita las visitas a algunas ruinas arqueológicas emblemáticas de la zona, como Tulum o Cobá, y a otras atracciones naturales como los parques Xcaret o Xel-Há, gracias a su mayor cercanía. Esto nos permitirá ahorrar bastante tiempo en los desplazamientos. También desde aquí será posible tomar un ferry hasta Cozumel para deleitarse con un entorno de película. Cancún se ubica más al norte, por lo que será el lugar perfecto para conocer la célebre Isla Mujeres, uno de los secretos naturales mejor guardados del país.
No llevarte algunos artículos de recuerdo hará que tu visita sea poco menos que incompleta. Cancún pone a tu disposición amplios centros comerciales en los que encontrarás numerosos establecimientos con las mejores marcas y, atención, a muy buen precio. Plaza Las Américas o el Kukulcan Plaza son dos opciones interesantes. Y si lo que buscas son las típicas artesanías mexicanas, nada mejor que dirigirse al Mercado 28 para pasear por sus infinitos puestos, regatear y adquirir joyería, ropa o souvenirs. La oferta es sensiblemente menor en Playa del Carmen, aunque poco a poco están surgiendo nuevas opciones de cara al creciente turismo, como bien muestra su Quinta Avenida, con yojerías y boutiques de lujo.
A la hora de practicar deportes acuáticos, Playa del Carmen ofrece oportunidades inmejorables para buceo y snorkel en un entorno casi virgen: sin ir más lejos, los alrededores de la isla de Cozumel albergan el segundo mayor arrecife de coral del mundo, siendo una zona de espectacular belleza submarina; ya en la riviera es posible encontrar diversos ríos subterráneos y los espectaculares cenotes, cuevas con pozos de agua natural y cristalina en los que podrás bañarte y sumergirte. En Cancún, además de estas posibilidades, podrás pilotar una moto de agua u optar por otros deportes de aventura como el windsurf.
Quizá una de las mayores diferencias entre ambos destinos radique en la cuestión del alojamiento. En Playa del Carmen, los hoteles suelen estar integrados en la naturaleza y se expanden a lo ancho, como si se tratara de pequeños pueblecitos; las opciones a pie de playa hacen gala del célebre ‘todo incluido’, pero también existe una amplia oferta de alojamientos unas calles más adentro en caso de que tu presupuesto sea limitado. Los precios (todavía) son un poco más baratos. En cambio, la disposición hotelera en Cancún es totalmente opuesta: inmensos edificios de hormigón con un espacio bien delimitado, resorts de lujo de importantes cadenas hoteleras a escasos metros de la playa que te facilitarán notablemente la salida al mar. Los precios son algo más elevados, y, aunque también es posible encontrar opciones económicas en la propia ciudad, la oferta de alojamiento urbano es notablemente más limitada.
Y tú, ¿prefieres relax o movimiento? ¿Con cuál de los dos destinos te quedas?
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