Medellín ha dejado atrás aquel pasado violento que la hizo famosa, y temida, en todo el mundo. Los años en que Pablo Escobar dictaba impune la ley de la vida y la muerte en las calles de la ciudad a través de la mano ejecutora de los sicarios que tenía en nómina han quedado atrás, solo recordados por diferentes mitómanos, que acuden a los tours que hacen de la vida del narcotraficante un espectáculo. Pero la ciudad sigue su curso, se moderniza en calidad de vida y en cultura.
Hoy, la capital de Antioquía, la segunda ciudad más poblada de Colombia, sólo por detrás de la capital del país, Bogotá, es un destino innovador, apto para los viajeros más urbanitas que buscan experiencias en las mejores ciudades de Sudamérica.
Viajar a Medellín es hacerlo a la ciudad de la eterna primavera, conocida así por su clima benigno durante todo el año y sus cielos azules. Una ciudad modernizada a través de la inversión en diferentes infraestructuras urbanas que han conseguido integrar algunas zonas de la ciudad que antiguamente eran inaccesibles y que, precisamente por ello, eran auténticos guetos de violencia. Hoy estas zonas disfrutan de transporte público y moderno: el metro, el tranvía (aún en construcción), el Metroplús (sistema de autobuses articulados), o el Metrocable.
Precisamente el Metrocable es el sistema de transporte público más espectacular de todos. Se trata de un teleférico por encima de la ciudad que permite unir las comunas que fueron creciendo como guetos en los cerros con el centro de Medellín. Muchos turistas lo usan junto a los vecinos de las comunas, aunque con fines distintos. Si los segundos lo hacen sencillamente porque es la forma que tienen de llegar a su casa después de un día de trabajo, los primeros montan al teleférico por afán estético, porque desde las cabinas de este moderno transporte se puede contemplar toda la vasta extensión y la particular geografía de Medellín.
Para vivir Medellín colgados de un cable tenemos tres opciones diferentes, que nos darán vistas diferentes sobre la ciudad. Podemos utilizar la línea que va desde la estación del metro “San Javier” hasta “La Aurora”, justo en el límite entre la ciudad y el Corregimiento de San Cristóbal; o bien, en la otra punta, la línea que va de la estación del metro “Acevedo” hasta «Santo Domingo Savio» en lo alto del Cerro Santo Domingo. Éste último es más espectacular que el primero porque sube muchos más metros y deja bajo tuis pies diferentes comunas que se van apiñando conforme el cerro se eleva. Muy cerca de la estación de Santo Domingo Savio está el moderno edificio Biblioteca España (actualmente cerrado por estar en obras por rehabilitación).
Ambas líneas están integradas en la tarifa normal del metro. Ahora bien, para llegar hasta el Parque Arví, en el Corregimiento de Santa Elena, hay que hacer uso de una tercera línea del Metrocable diferente. Ésta sólo para visitantes, que enlaza la Estación de Santo Domingo Savio con la entrada del parque, y que tiene una tarifa aparte.
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