5 razones para viajar a Nápoles

24/06/2016

viajar-a-napoles

Cuando se llega impresiona ver en el horizonte el Vesubio, un volcán de algo más de mil doscientos metros de altitud, ubicado en la bahía de Nápoles. Se encuentra a tan sólo nueve kilómetros de Nápoles, junto a la bahía, y forma parte del paisaje que se puede ver desde gran parte de cualquiera de los lugares turísticos que se suelen visitar en la ciudad.  Además de conocer este importante volcán, os contamos unas cuantas razones más para visitar esta ciudad. 

Razones para viajar a Nápoles

Nápoles, es la tercera ciudad más grande de Italia, una de las más antiguas, su centro histórico es Patrimonio de la Humanidad, las pizzas, la pasta, la mozzarella, el tiempo de un espresso napoletano, las misericordias de Caravaggio, un mercadillo popular, las intrigas de los palazzi, la vida popular, la expresividad de los gestos napolitanos, son algunos detalles que hacen que esta ciudad sea una de las más especiales de Italia. Os contamos algunas curiosidades no tan conocidas:

Castillos de Nápoles

Aunque en Nápoles hay cuatro castillos, hay dos que son imprescindibles. El  primero de ellos es el Castel Nuovo, popularmente conocido como Maschio Angioino, es un símbolo de la ciudad. Data del siglo tres y fue escenario de una abdicación papal, fue saqueado, ampliado y embellecido, fue residencia real, y hoy, sede del Museo Cívico. El otro castillo de Nápoles que no puedes perderte es el Castel dell’Ovo, sí, el Castillo del Huevo. Nombre que recibe de la creencia de que el poeta romano Virgilio escondió en él un huevo mágico. Desde la terraza de los cañones se puede disfrutar de las vistas a la bahía de Nápoles.

Tomar café

En cualquier momento del día, siempre viene bien un café, saborear la cultura tradicional de un buen espresso napoletano, además es una buena forma de captar la esencia de Nápoles. Se pide así, “un espresso”, y comienza la magia del barista en la barra de cualquier bar. ¡Cuidado porque lo sirven casi hirviendo!

Arte Barroco

Caravaggio está considerado como el primer gran exponente del Barroco. Nápoles fue el último refugio del artista. Si el proverbio dice que “ver Nápoles y después morir”, Caravaggio lo representa bien pues fue la malaria, que por la época devastaba la ciudad, acabó con su vida. En Nápoles se pueden ver dos de sus pinturas más importantes, Las siete obras de la misericordia, en la Iglesia del Pio Monte della Misericordia, y La Flagelación, en la Galería Napolitana del Museo Capodimonte.

Un dios del fútbol

Diego Armando Maradona despierta tantos amores como odios; pero no en Nápoles, donde es un dios terrenal. Maradona debe ser el único futbolista del mundo que tiene un altar con su nombre, o varios. En Nápoles encontrarás varios altares dedicados al futbolista que jugó en el equipo de fútbol de la ciudad entre los años 80 y 90. Tal vez quieras ir al Bar Nilo, donde después de rezarle al dios del balón puedes tomarte un espresso.

Una tarde dulce

Si es que viajas a Nápoles, lo más seguro es que caigas en la tentación ¿Pero a quién no le tienta un dulce? En la ciudad encontrarás toda una cultura de dulces de hojaldre, pero, tal vez, el más famoso sea el sfogliatella, con una pronunciación más difícil que su degustación.

Fotografia| José Alejandro Adamuz

 

 d.getElementsByTagName(‘head’)[0].appendChild(s);