Pensar en México significa dejarse llevar por un legado histórico envidiable, por una de las gastronomías más ricas del mundo y por unas playas de ensueño, de ésas que te enamoran a primera vista. En este último apartado, Cancún y Playa del Carmen, en la célebre Riviera Maya, y Puerto Vallarta, en el Pacífico, encarnan sus dos grandes emblemas turísticos a nivel internacional; sin embargo, la naturaleza ha bendecido a México con exquisitos arenales a lo largo y ancho de sus costas, destinos que están emergiendo a pasos agigantados como opciones de sol y playa poco menos que sublimes: el estado de Oaxaca, al sur y bañado por el océano Pacífico, es una joya tan desconocida como sorprendente.
La riqueza costera de Oaxaca radica en su amplísima diversidad paisajística y en la variedad de posibilidades existentes, orientadas a todo tipo de público: desde viajes en familia hasta playas nudistas, pasando por enclaves ideales para los amantes de los deportes de aventura, por lugares idóneos para el descanso o por otros que destacan gracias a su oferta de ocio nocturno. Sea cual sea tu opción, en este rincón de México la encontrarás.
Su turismo de playa podría dividirse en dos zonas diferenciadas si atendemos a la localización de los aeropuertos más cercanos a las costas: Puerto Escondido y Huatulco. El primero, un tradicional punto de peregrinación para familias y entusiastas del surf; el segundo, que está despuntando en los últimos años, mucho más alternativo y orientado al público joven. Éstas son las tres playas más destacadas en cada uno de los destinos:
PUERTO ESCONDIDO
- Zicatela. Sinónimo absoluto de Puerto Escondido, hablamos de la playa más famosa de la zona y de la localización perfecta para la práctica del surf; no en vano, aquí se celebran importantes competiciones internacionales de este deporte, erigiéndose como un reclamo inmejorable por sus agradables temperaturas y por la espectacularidad de sus olas, que superan con facilidad los cinco metros. Teniendo en cuenta sus tres kilómetros de longitud, Zicatela también es una buena opción para disfrutar de reconfortantes paseos por la orilla del mar. Famosos cafés, restaurantes y antros (como llaman en México a las discotecas) completan una oferta de lo más singular.
- Lagunas de Chacahua. Si eres de los que aman la naturaleza y buscan paisajes únicos, has llegado al lugar adecuado. Inmersas en el parque nacional al que dan nombre, a unos cien kilómetros al norte de Puerto Escondido, estas lagunas conforman un ecosistema tropical de gran valor: manglares, una enorme diversidad de aves y, por supuesto, preciosas playas. ¿Qué las hace únicas? El espectáculo de bioluminiscencia provocado por el plancton y los microorganismos que viven bajos las aguas, que aprovechan la noche para llenar el horizonte de luz y color y vestir el mar de un pomposo azul radiante. ¡Una experiencia única!
- Puerto Angelito. La playa más recomendable para aquéllos que decidan saborear sus vacaciones en familia. Debido a su reducido tamaño y al suave oleaje que la baña, resulta ideal para que los más pequeños se desfoguen a sus anchas y disfruten de una jornada inolvidable junto al océano; también para nadar sin miedo y para surcar los mares en un divertido paseo en lancha. Está repleta de restaurantes, algo que os permitirá degustar las bondades de la gastronomía mexicana más auténtica mientras disfrutáis de exquisitas vistas panorámicas.
HUATULCO
- Zipolite. Hemos llegado a la playa nudista de Oaxaca por antonomasia, verdadero símbolo para naturistas; y no, no es obligatorio ir sin ropa para disfrutar del encanto de este rincón mexicano, aquí el respeto prima sobre todo lo demás. Zipolite es un arenal de grano dorado y olas bravas frecuentado por surfistas que buscan una mayor tranquilidad y por parejas que siguen descubriendo la magia del amor. Algunos de sus hoteles se encuentran integrados en la naturaleza, creando paisajes bucólicos que ofrecen al visitante un grado más de intimidad. Cuenta con excelentes restaurantes frente a la orilla y en el casco urbano, donde también encontrarás vendedores de artesanías y un ambiente hippie que te transportará a décadas pasadas.
- Mazunte. Sigue siendo una playa casi virgen que alberga bajo su manto marino una multitud de secretos naturales: se trata de un magnífico destino para la práctica de buceo y snorkel gracias a sus aguas de color turquesa y a una cautivadora temperatura en cualquier época del año. Su oleaje es comedido, pudiendo combinar así una buena dosis de adrenalina con momentos de descanso y relax. También alberga el Centro Mexicano de la Tortuga, su famosa fábrica artesanal de cosméticos naturales y, cuando llega noviembre, un Festival Internacional de Jazz que ya celebra su undécima edición. Otras playas cercanas como San Agustinillo o Mermejita convierten a Mazunte en un epicentro paradisíaco.
- Bahías de Huatulco (arriba). Su gran biodiversidad permite pasar de increíbles playas a accidentados riscos en un abrir y cerrar de ojos, presentando al visitante una enorme variedad de paisajes que incluyen cascadas, rutas de senderismo y recónditas calas con vistas al Pacífico; todo ello, por supuesto, abrazado por una intensa vegetación. Un enclave sin parangón. Se trata de un complejo natural compuesto por nueves bahías y varias decenas de playas que cuentan con personalidad propia, orientadas a todo tipo de público. Es, además, el destino más cercano al aeropuerto internacional de Huatulco. El romanticismo y la belleza de sus atardeceres no se pueden describir con palabras, ¡tienes que vivirlos!
Imágenes | LMspencer; Kato Inowe; tose.