Los hermanos Roca son los protagonistas de nuestro post de hoy. Pero también de la exposición que podremos disfrutar hasta el próximo 23 de abril en el Palau Robert de Barcelona. De la Tierra a la Luna, título de la muestra, es todo un halago, sorprendente y original, al clan Roca. Recorre los 30 años de historia gastronómica de estos tres hermanos. Tres hermanos que soñaban en un local familiar con comerse el mundo y, que, definitivamente, lo han conseguido. No en vano, su Celler de Can Roca fue dos años declarado el mejor restaurante del mundo. Por eso, no habría mejor título para denominar esta exposición. De la Tierra a la Luna ejemplifica a la perfección un meteórico ascenso, de un pequeño y obrero barrio de Girona a los escenarios más chic de la alta cocina mundial.
El punto de partida de la exposición es el restaurante familiar Can Roca de Talaià. Aquí comenzó todo. La carrera entre fogones de estos tres hermanos y sus sueños más locos y pretenciosos. Y aquí despega también la rotunda originalidad de una exposición sorprendente y atrevida: una sala con un calidoscopio, del que emanan cientos de proyecciones y espejos y que aúna a los tres genios y que se divide a su vez en otras tres salas que nos permitirán contemplar estampas de viñedos, de recetas -hasta 31 de sus platos podremos desentrañar- o incluso retales más personales e intimistas. Los tres comparten protagonismo. Mientras Joan juega el papel más serio y ordenado, Jordi desempeña el papel más travieso y alocado y Josep (o Pitu para los amigos) el más frutal y elegante, desvelando su eterna vinculación al mundo de la uva.
Francamente, la puesta en escena resulta de Óscar. Ese calidoscopio, esos espejos… y como colofón final, las salas de «Experiencia total» y «Memento Nori». En la primera, el visitante se adentra en un mundo de realidad virtual que le lleva hasta el mismísimo Laboratorio de La Masia. En la segunda, volvemos al punto de partida, ese restaurante familiar que además de haber dado el pistoletazo de salida a su carrera y a esta muestra, ha sido el encargado de mantener a los tres hermanos con los pies en la tierra. Porque sí, porque genialidades aparte, buena parte del triunfo de este clan ha sido eso, tener siempre bien presentes sus orígenes y jamás olvidarse de ellos. Y así, podemos leer en una de estas salas textos como este:
Detrás del mundo de la alta gastronomía se esconden aquellos chavales nacidos en un barrio humilde que siempre han tenido presente de donde vienen.
Y tan verdad. Un hurra por esta interesante apuesta. Un hurra por estos tres hermanos.
Foto | Ajuntament Barcelona