Esas cosas de Sao Paulo que quizá no sabías

15/03/2017

Sao Paulo, ciudad creativa

Amigos viajeros, ¿me permitís someteros a un breve test de creatividad? Consiste en contestar rápidamente a la siguiente pregunta: si os digo “Sao Paulo”, ¿qué imagen es la que evoca vuestra mente?

  1. Playas
  2. Partidos de fútbol
  3. Museos

¿Habéis elegido la opción c? ¡Bienaventurados, porque vuestro es el reino de los turistas creativos!

Me venís como anillo al dedo.

De Brasil vengo a relataros su lado más dulce, su acento sabroso y aquellos de sus costados que irradian cultura. Es el caso de Sao Paulo, que por algo es conocida como “la capital del arte”. Juntos vamos a descubrir el porqué de dicho sobrenombre, ¿preparados para el despegue?

Motivo número 1: el Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand. ‪Avenida Paulista 1578.

Ya por fuera, el MASP es contundente. Se trata de un edificio único, propio de una ciudad creativa de primer orden. Un museo amigo, que da pero que no agota, que pone a nuestra disposición rincones para el justo descanso. Su pintura se puede paladear, su ubicación es excelente… ¿y qué decir de esas vistas al coqueto Parque Trianon? Los domingos, la visita al Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand, con la feria de antigüedades que a sus pies se celebra, es rizar el rizo.

Y cuando el hambre llame a nuestra puerta, hagamos una parada gastronómica (que no astronómica) de vanguardia; a 10 minutos a pie del MASP encontraréis Tarsila, un restaurante sofisticado, bien de precio y bien de todo.

Motivo número 2: el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de São Paulo. Av. Pedro Álvares Cabral, 1301.

Del MASP pasamos al MAC USP, al museo de las artes bellas. Pegadito a otro parque, el Ibirapuera (se ve que inspiración y verde van de la mano), de él destaco su proximidad al Pabellón Lucas Nogueira Garcez, conocido como “Oca”, cuyas exposiciones son siempre excelentes. El MAC da para un buen par de horas gozando de esculturas y pinturas, de la mano de nombres inspiradores como Picasso, Modigliani o Calder, ¡eso por no citar a los más actuales! En definitiva, es fácil entender por qué el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de São Paulo es el objeto del deseo de los amantes de las vanguardias.

Muy cerca se encuentra el restaurante Sobaria, una gran baza para un almuerzo informal. Aunque no es bonito, de él me atrajo su original propuesta, diferentemente brasileña. Me refiero a su especialidad, la “sobá”, unos fideos que nada tienen de orientales, siendo típicos del estado de Mato Grosso (centro oeste de Brasil). Sobaria es un lugar para los que, como yo, se atreven con todo. ‪En Rúa Aurea 343, Vila Mariana.

Motivo número 3: el Edificio Copan. Av. Ipiranga, 200.

Dejamos el MAC y nos ponemos rumbo más al norte. A unos 20 minutos en coche nos aguarda el edificio Copan, uno de los más llamativos y emblemáticos de la ciudad de Sao Paulo(vamos, que no verlo es un pecado). Diseñado (como no) por Oscar Niemeyer, el rascacielos Copan es en mi particular diccionario sinónimo de icono. Entre las “cosas que me robaron el corazón en Sao Paulo” permanece su forma, sinuosa como una ola.

Este macizo de hormigón impone. En él habitan miles de personas, y los que saben de esto afirman que supuso toda una revolución en el diseño arquitectónico carioca. El lugar tiende su mano a las visitas; por un lado, su planta baja alberga negocios y bares; por otro, de lunes a viernes se puede acceder a su terraza, de vistas privilegiadas. ¿La entrada? Es gratuita.

El edifico Copan se encuentra en pleno centro de la ciudad, muy cerca del Edificio Montreal, otra de las espaciosas y modernistas creaciones del arquitecto Niemeyer. En él detengo mi recorrido por tres imprescindibles de Sao Paulo, esa ciudad brasileña que por creativa, es un alto en el camino ineludible. Os cedo el testigo, ¡espero que le deis una oportunidad a un destino Iberia tan vibrante!

Foto: Nicolás de Camaret

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