Para embrujo, el de Shanghái. Al igual que, cual confidencia susurrada al oído, os confesamos que existe una película de Shanghái para cada momento del día, queremos que sepáis que también existe una emoción para cada película que, con sus fotogramas, ha rozado “el París de oriente”.
Nostalgia. Nos ponemos sentimentales, por ejemplo, recordando Shanghai Express (El expreso de Shanghái), rememorando el cine de las grandes estrellas, el “savoir faire” de los clásicos. La cinta, un drama de los años 20, relata la historia de dos ex amantes que se encuentran en un tren, camino de la que en la actualidad es la urbe china más vibrante.
Curiosidad. Shanghai Express fue rodada íntegramente en estudios, algo comprensible para la época. De lo contrario, estamos seguros de que Lily, interpretada por la seductora Marlene Dietrich, hubiera encontrado mil lugares de rodaje donde desplegar sus encantos. Imaginemos donde hubiera ido, hablemos de seducción y construyamos las emociones de un viaje incompleto. En definitiva, hagamos juntos una excursión de cine por los alrededores de Shanghái.
Interesante. Shanghái es un trampolín perfecto para saltar y moverse, para visitar lugares de interés colindantes y recorrer el resto del “Gigante Rojo”. De entre ellos, nos quedamos con las “pequeñas Venecias” de China, una de las atracciones más sorprendentes del país, más maravillosas. De estas poblaciones, a las que los chinos se refieren como “pueblos de agua”, dejaremos de lado Suzhou, que es la más evidente, y nos decantaremos por la calma y el sosiego de dos pueblos más pequeños y vecinos: Tongli y Zhuozhuang.
Inspiración. Tongli, con sus callejuelas y canales, transmite cercanía. A 18 kilómetros de Suzhou y a unos 100 de Shanghái, entre góndolas chinas, canales encantadores, casas tradicionales de fachadas decadentes y desvaídas, todo en Tongli exuda séptimo arte. Quizá por eso se atreven a ponerle precio a su entrada, que pagaremos sin rechistar, pues ciertamente lo vale. A bien seguro, la Dietrich lo hubiera visitado tranquilamente, perdiéndose entre sus callejones, aguzando el oído para deleitarse con cada nota de la música tradicional china que sonaría de fondo.
A Tongli se puede llegar directamente desde Shanghái.
Genuino. Zhuozhuang, a unos 90 Km de Shanghái y situado entre Suzhou y la urbe que nos ocupa, es el resultado orgulloso de una población local cuya larga historia se refleja en su casco antiguo, un imprescindible. Es maravilloso ver cómo los habitantes de Zhuozhuang no fingen, como para ellos la barca es el medio tradicional de transporte. Sus gentes han apostado por conservar las costumbres y un estilo de vida tradicional que apreciaremos mejor si lo visitamos entre semana.
Si Marlene Dietrich levantara la cabeza, a bien seguro pasearía sus encantos para las calles adoquinadas de dos pueblos de agua como Tongli y Zhuozhuan, o circularía lánguidamente por sus canales. Volar a Shanghái, flamante destino Iberia, tiene este y otros tantos encantos.
Foto: Sue Cantan