Nueva York y ‘La semilla del diablo’

04/07/2017

Central Park, en Nueva York

No, no soy tan impresionable como el personaje de Rosemary en la película La semilla del diablo. Sin embargo, debo decir que mi primer viaje a Nueva York me marcó para siempre y, desde entonces, mis visitas se han ido repitiendo como un vicio del que no puedo ni quiero rehabilitarme. Recuerdo como si fuera ayer aquella entrada en coche a Manhattan desde Queens; el primer atisbo de su perfil sinuoso tuvo mucho, mucho de sobrenatural.

Polanski eligió para La semilla del diablo, un clásico cargado de emociones e intensidad, un lugar de rodaje a la altura. Aunque la mayoría de sus escenas están ambientadas en el interior del célebre edificio Dakotafoto indispensable de Nueva York,-, en ocasiones contadas la protagonista abandona tan ornamentado edificio y nos deja asomarnos a “la Gran Manzana”.

Uno de esos lapsos transcurre en los exteriores del Edificio MetLife, donde Rosemary se cita con su buen amigo Hutch, al que por desgracia le impiden acudir al encuentro. En la vida real daréis con el inmueble en el número 200 de Park Avenue, también conocida como la Cuarta Avenida (la corta entre las calles 45 y 46). Para tomar una buena fotografía del edificio MetLife, lo que os recomiendo es subir al piso más alto del Rockefeller Center («Top of the Rock»), otro de los rincones imprescindibles de Nueva York.

Curiosamente, el edificio MetLife tiene la suerte de contar con un acceso directo a la terminal adyacente Grand Central, el centro ferroviario más importante de la ciudad de Nueva York. No olvidéis ni visitarlo, ni elevar la mirada cuando estéis en su interior. El diseño de la bóveda, que recrea un cielo al atardecer con estrellas y las constelaciones del zodiaco, es uno de los mayores atractivos de la Estación Central de Nueva York.

Y ya que estáis por la zona, os animo a visitar algunos de los restaurantes cercanos:

John’s es la opción económica que recomiendo. Un diner al más puro estilo americano, también para un desayuno generoso (¡probad por favor los pancakes!). 823 2nd Ave.

Algo más caro, pero en una gama media, se encuentra el restaurante El Río Grande, que como su nombre delata sirve una comida mexicana deliciosa. 160 E 38th St.

Y para darse un capricho tenéis el Kurumazushi, el japo escondido en la 7 E 47th St donde el veterano chef Uezu crea auténticas delicias para el paladar.

En cualquier caso, y siguiendo con el turismo de cine por Nueva York, el auténtico telón de fondo de La semilla del diablo, aquel en el que se cocina todo, es el Edificio Dakota. A él se muda una inocente Mia Farrow, quien no se imagina que con tal movimiento se adentra en la boca del lobo… El edificio se asoma a uno de los parques urbanos más famosos del mundo, uno llamado Central Park (suspiro).

Como mucho sabréis, el Dakota es un edificio tan hermoso como maldito, ligado a la tragedia por motivos varios. ¿Quién no sabe que fue a sus puertas donde la canción “Imagine” se quedó sin voz? Para recordarlo, al otro lado de la calle y ya en territorio de Central Park encontraréis un mosaico circular en el suelo que, con aquella palabra dibujada en sus interior, se ha convertido en todo un lugar de peregrinación en Nueva York.

Aunque en Central Park basta con estirarse en el césped y mirar alrededor para sentirse el rey del mundo, os propongo darle una vuelta de tuerca a los meses estivales, vivir alguna experiencia diferente y del momento. Y como al parque urbano más visitado de los Estados Unidos le va la marcha, ¿qué tal si acudimos a alguno de sus conciertos de verano?

El “SummerStage” es uno de los festivales con los que Nueva York celebra que hace calor y apetece más que nunca empaparse de ritmos y melodías, siempre el aire libre. El Rumsey Playfield de Central Park constituye el escenario principal de esta cita con la música, aunque no el único, y a él acuden los neoyorquinos a lucir sus atuendos veraniegos y compartir su onda enrollada con los turistas que se dejan. Recordad: tenéis hasta el 22 de septiembre para asistir a alguno de los conciertos del festival de verano «SummerStage», la mayoría gratuitos, con nombres como George Clinton, Slick Rick, Yo La Tengo o PJ Harvey: un momento de cine que hará que os sintáis protagonistas de El sueño de una noche de verano.

Y así llega a su «the end» nuestro paseo por uno de los clásicos rodados en Nueva York: La semilla del diablo. Gracias al cine por darme una excusa para viajar con vosotros a uno de mis lugares favoritos del mundo.

Foto: Tomás Fano