Managua, ciudad entre lagunas

22/11/2017

Managua también es conocida como la novia de Xolotlán, una referencia directa al segundo lago más grande de Nicaragua. Hablamos de una ciudad que sorprende por su naturaleza, por las lagunas que la rodean y por los edificios, plazas y mercados que esconde, dignos de ser descubiertos. Seguro que ya sabías que la capital de Nicaragua es una nuestras nuevas rutas para 2018, por eso te invitamos a conocerla. ¿Nos acompañas?

Managua sufrió dos devastadores terromotos, en 1931 y en 1972, que la obligaron a reinventarse, a convertirse en una ciudad más moderna, con personalidad propia, pero sin perder el sabor de la antigua capital.

Comenzamos paseando por la hoy llamada vieja Managua, una parada con punto de partida en la Plaza de la Revolución, testigo en 1979 del triunfo de la Revolución Popular Sandinista; aquí, además de respirar historia y el triunfo de un pueblo sobre una dictadura, se ubican tres de sus edificios más representativos: la Antigua Catedral de Santiago, la Casa Presidencial y el Palacio de la Cultura. El primero, de estilo neoclásico, consiguió sobrevivir al terremoto de 1972 y afortunadamente hoy se puede seguir admirando su gran belleza arquitectónica; el Palacio de la cultura, por su parte, alberga en la actualidad el Museo Nacional de Nicaragua, uno de los centros de exposición de arte y cultura más importantes del país. Visitarlo significa viajar a través del tiempo, descubriendo desde osamentas prehistóricas y cerámica precolombina con 4.000 años de antigüedad hasta las más actuales piezas de arte en pintura y escultura moderna.

Dirigimos nuestros pasos hacia el lago Xolotlan, primero para descubrir una hermosa fuente en honor del poeta nicaragüense Ruben Darío y, a continuación, el Teatro Nacional al que da nombre. El Teatro Nacional de Ruben Darío se sigue manteniendo en su estilo original y se ha acabado convirtiendo en el más representativo de Managua; considerado además uno de los mejores de Centroamérica. En su interior descubriremos una gran actividad artística y espectaculares vistas del lago y de los volcanes Momotombo y Momotombito a través de sus famosas vidrieras. Una sensación única.

Cerca de Managua, al sureste, encontramos la laguna de Tiscapa: hablamos de una reserva natural compuesta por un lago volcánico rodeado de bosque gracias a la que te olvidarás que estás dentro de una gran urbe. En uno de sus laterales se encuentra la Loma de Tiscapa, visita imprescindible para entender la historia reciente de Nicaragua. Aquí se encontraba la mansión del dictador Somoza, y hoy alberga una exposición sobre la figura de Sandino, el rebelde libertador que inspiró la Revolución Popular del Frente Sandinista. También sobre la loma se erige una silueta gigante del líder (arriba), figura que vigila desde arriba la ciudad y que nos ofrece bellísimos atardeceres frente al lago.

Más allá de la cultura y la historia de Managua está la vida cotidiana y el ocio de sus vecinos. No hay nada como recorrer el Puerto Salvador Allende y su amplísima oferta de restaurantes, tiendas de artesanía y zonas de ocio, con una mayor efervescencia durante la noche y los fines de semana. Dentro del puerto resulta obligado darse una vuelta por el Paseo de los Estudiantes y contemplar de cerca sus característicos Veinte árboles de la vida, unas estructuras luminosas de metal con forma de árbol que superan los diez metros de altura.

¿Y si se nos antoja una jornada de compras? Tenemos el Mercado Oriental, el mayor de Centroamérica, el Mercado Israel Lewittes o el Mercado Roberto Huembes, quizá el más popular de todos por sus atractivos artesanales.

En definitiva, Managua es una ciudad que espera ser descubierta mientras, a escondidas, se abraza a las aguas que la rodean. Se cayó y se levantó dos veces. Tuvo que reinventarse entremezclando su sabor antiguo con la nueva modernidad. Peleo por una revolución y salió victoriosa de ella. Una ciudad que te espera.

Imágenes | PixieMePpictures

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