Milán, la arquitectura al poder

10/04/2018

Lo bueno se hace esperar. La Fundación Prada ya ha estrenado su nueva torre, y el resultado bien recompensa el lapso. Nueve pisos de diseño de la mano del arquitecto holandés Rem Koolhaas, que cuenta en su haber con el premio Pritzker, la joya de la corona de los galardones dentro de su profesión. La torre, con esa forma vertical blanca y dentada que parece querer serrar el cielo azul de Milán, impacta a lo grande.

Milán es norte de Italia. Es una ciudad para recorrer a pie, callejear, mirar aquí y allá, sorprenderse con escaparates, tirar fotos a comercios originales, escudriñar a través de las ventanas de restaurantes que llaman la atención… Milán es fácil, es Duomo pero es mucho más: es sorpresa, es arquitectura de vanguardia, cenas entre diseño en patios con enredaderas, magia, y compras, muchas compras. En definitiva, es un gran viaje creativo.

El edificio que nos ocupa añade a la escena de arte de Milán seis plantas de espacios para exposiciones (¡y qué espacios!), además de un rincón adicional con vistas panorámicas sobre un Milán que, habiendo lavado y centrifugado su pasado industrial, pasito a pasito cada vez es más transgresor.

Fundación Prada

La torre viene a completar el acreditado museo privado donde la colección Prada despliega todos sus encantos, que incluyen algunos de los trabajos más relevantes de diferentes artistas contemporáneos de los siglos XX y XXI.

Los cinéfilos tienen una cita muy especial con su café, el Bar Luce, diseñado por uno de los directores más personales de los tiempos modernos: Wes Anderson. Con una estética popular italiana y un montón de detalles arquitectónicos y de diseño aquí y allá, el Bar Luce es, en sí, una visita necesaria; dicho esto, más allá de las paredes de este café (a)típicamente italiano se cuece más de lo bueno: proyectos y exposiciones de esas que estimulan, que dejan en el alma, en la vista y los sentidos un poso que permanece. Los que visiten la fundación de manera inminente, disponen de tiempo hasta el 22 de abril para ver la exposición Slight Agitation, aunque no hay prisa. La Fondazione Prada cuenta con arte permanente de Robert Gober y Louise Bourgeois, que ocupan una parte del edificio que es tal cual una casa encantada. El abanico de arte perenne continua con Processo grottesco, del artista Demand, que seduce al relatar el proceso creativo que comporta ese clic que deviene en foto. Y volviendo al apartado de las exposiciones caducas, Post Zang Tumb Tuuum. Art Life Politics: Italia 1918-1943, que reúne obras y piezas italianas de la primera mitad del siglo XX, estará presente en la Fundación Prada de Milán hasta el 25 de junio.

De la Torre Fondazione Prada no hay que perderse la guinda del pastel; la corona del edificio es un bar en el tejado, desde el que las vistas sobre la urbe más moderna de Italia son espectaculares. MILÁN es una ciudad creativa con mayúsculas, y la Fundación Prada es un peso pesado del viaje.

Fundación Prada (y su nueva torre). Largo Isarco, 2. Milán. Para organizar la visita conviene saber que entrar cuesta 10 euros, que el museo abre los lunes pero cierra los martes, y que se llega en metro, tranvía y bus.

Imagen de Michele M. F.

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