Lo que sí y lo que no hay que hacer estando en Ciudad de México

07/09/2018

México

México lindo y querido siempre espera con los brazos abiertos. A quienes vuelven y a quienes llegan por primera vez. Al verte, sonríe sin disimulo y te abre sus puertas de par en par. En realidad, sonríe tan abiertamente porque sabe bien lo mucho que tiene que ofrecer desde cualquiera de sus rincones. Da igual hacia donde mires, da igual donde te adentres, todo es interesante. Por ejemplo, Puebla y su historia o Taxco y su plata o Cancún y sus playas o Guadalajara y sus mariachis, o, como no, su capital, Ciudad de México -hasta hace bien poco México D.F.- y su maravilloso caos…

Y ya que estamos, ¿os venís con nosotros hasta este maravilloso caos? ¡Venga! Os hablaremos de esas miles de cosas que sí o sí debéis hacer estando allí y de esas otras cosas que no deberíais hacer estando allí. (Al final os daréis cuenta como la lista del SÍ pesa mucho más que la lista del NO).

Cosas que debes hacer estando en la capital de México:

  • Patear su casco histórico a plena luz del día. Reformada y cuidada, la zona histórica del centro la ciudad no tiene desperdicio. Culmina tu visita en el impactante Zócalo. Te sentirás ridículo en medio de tanta inmensidad cultural. Recuerda además que estarías visitando la segunda plaza más grande del mundo (el primer puesto recae en la pekinesa Plaza de Tian’anmen).
  • Ir a Coyoacán. Descubre este barrio y pasea entre sus calles estrechas y empedradas. Curiosea sus tiendas especiales y sus puestos callejeros. Disfruta de sus encantadores restaurantes y, como guinda del pastel, visita la casa-museo de Frida Khalo, la mujer emblema mexicana.
  • Recorrer el Paseo de la Reforma, la avenida con mas glamour de la ciudad. Por un momento, te creerás en los Campos Elíseos de París.
  • Descubrir Polanco. Si te gusta ver el lado más amable y chic de una ciudad, los cafés, restaurantes y tiendas de este barrio te gustarán. Y te servirán para analizar la diferencia de niveles de vida tan grande que existe en la ciudad.
  • Conocer alguno de sus innumerables tianguis dispersos por toda la ciudad. Son como mercadillos, en donde encontrarás comida, puestos donde probar “comida rápida mexicana” (si tienes un buen estómago prueba las típicas quesadillas de tianguis, en caso contrario, mejor abstente), ropa, calzado, menaje, juguetes, e incluso artesanía.
  • Si viajas con niños hay tres lugares que no te puedes perder: Six Flags, su gigantesco parque de atracciones, el Museo del Papalote, un museo especialmente diseñado para niños, interactivo y sorprendente, y Kidzania, un lugar mágico en donde los niños jugarán a ser adultos desempeñando profesiones y soñando a ser mayores durante un día -incluso tendrán dinero propio con el que se moverán por KIdzania-.
  • Adentrarte en su Museo Nacional de Antropología. Si no eres mucho de museos y quieres limitarte a un museo durante tu estancia en la capital mexicana, este es el museo que debes escoger. La riqueza cultural con la que te toparás te dejará sin habla.
  • Visitar su impresionante Estadio Azteca. Una visita así no debería faltar en un año de Mundial, ¿verdad? Sobre todo cuando estamos hablando del segundo estadio más grande del mundo (el más grande es el Maracaná, de Brasil).
  • Escaparte al caer el sol a la Plaza de Garibaldi y ver con tus propios ojos el lugar oficial de trabajo del mariachi genuino y auténtico. Aquí pasan los días y las horas a la espera de que algún cliente llegue en su busca y captura para amenizar cualquier fiesta o evento mexicano.
  • Pasar una tarde en el Bosque de Chapultepec. Recorrer este bosque y visitar su castillo merece la pena. Si haces coincidir la visita con algún espectáculo nocturno al aire libre -muy típicos en los meses más calurosos- como disfrutar de un ballet o de una obra de teatro, el plan será más que redondo.
  • Acercarte a Teotihuacán. A tan solo hora y media de la capital existe este lugar mágico cuyas historias de dioses, leyendas y vistas asombran a cualquiera. De hecho, esta zona de monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.
  • Asomarte por la ventanilla del avión cuando estés aterrizando o despegando en Ciudad de México es alucinante si te coincide la noche: la ciudad sin fin con sus luces infinitas es una estampa realmente preciosa.
  • Dar propinas. Debes dar propinas siempre. Por descontado en restaurantes, pero también en: la peluquería (a quien te peine), en el supermercado (a quien te embolse la compra), en los centros comerciales (a quien te ayude a encontrar un sitio donde aparcar), en las gasolineras (a quien te limpie el cristal del coche mientras cargas gasolina) etc. etc. La vida de la ciudad se mueve por propinas y has de saber, que muchas personas subsisten gracias a dichas propinas.

Y cosas que no debes hacer estando en la capital de México:

  • Coger un taxi por la calle. No levantes la mano en plan película y pares al primer taxi que veas. Mejor hazte con el teléfono de alguna empresa privada de taxis y ante la necesidad de utilizar un taxi, llama.
  • Beber agua del grifo. Nunca bebas agua del grifo. Puede causarle auténticos estragos a tu estómago. Por esto mismo, cuando te ofrezcan algún “agua de frutas” para beber, asegúrate de preguntar si está hecha con agua embotellada. Si no te da confianza, mejor pide otra cosa.
  • No llevar capas en tu indumentaria. Nos explicamos mejor: la oscilación térmica de ciudad de México es tremenda. En cualquier estación del año, pero sobre todo desde que acaba el verano hasta que llega la primavera. Durante los meses más invernales, que van desde septiembre-octubre hasta febrero-marzo, los termómetros soportan unos cambios de grados muy considerables. Puedes pasar de 5 grados a las 9 de la mañana a 23 grados a las 2 del mediodía y volver a bajar a 10 grados a las 8 de la noche. Así que, mejor, vestirte con capas y sacar más o menos en función de lo que te pida el cuerpo.

Imágen:  Diego Grandi | Mª José C. Lamas

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