Chiapas, o cómo alejarse del típico cliché de México

26/11/2018

Leer la palabra Chiapas lleva de manera instintiva a pensar en el hervidero político y social que ha vivido durante las últimas décadas este estado tan meridional de México. Pero, en cuanto vas un poco más allá, no tardas en comprender que Chiapas conforma un asombroso destino aderezado con una historia milenaria, con increíbles atractivos naturales y con una calidez de ésas que dejan huella; sí, los chiapanecos saben cómo ganarse tu corazón.

¿Te dicen algo lugares tan espectaculares como Palenque, el Cañón del Sumidero o San Cristóbal de las Casas? ¿No? Pues acompáñanos, porque ha llegado el momento de que descubras un México alejado de todos los clichés y estereotipos que estás pensando. Chiapas te da la bienvenida.

La mejor opción cuando visitas Chiapas quizá sea elegir San Cristóbal de las Casas como eje de operaciones (abajo): está ubicada en el centro de su vasto territorio y a una hora en coche desde la capital del estado, Tuxtla Gutiérrez. ¿La razón? Porque desde aquí podrás llegar a cualquier punto del estado con meridiana facilidad. Reconocido como uno de los ‘Pueblos Mágicos’ repartidos por todo México, San Cristóbal es en sí mismo un bellísimo ejemplo de arquitectura colonial y un referente de la diversidad cultural del país: son numerosos los edificios que se mantienen en buen estado de conservación desde los siglos XVI y XVII, como el famoso Arco del Carmen, un verdadero símbolo de estilo mudéjar, o la colorida Catedral de San Cristóbal Mártir, cuya construcción comenzó en 1528 y acoge en su interior retablos, pinturas y obras de arte de incalculable valor.

No resulta menos llamativo el jovial ambiente que se vive en el centro este enclave, desde sus obligatorios mercados municipales (ideales para saborear la comida tradicional o comprar artículos de artesanía) hasta las animadas plazas del Zócalo o de la Paz, sin olvidarnos, por supuesto, de los numerosos restaurantes y locales de ocio nocturno que encontrarás en calles peatonales como Real de Guadalupe o Miguel Hidalgo. No son pocos los artistas que tienen sus talleres en esta zona, exhalando así un ambiente bohemio de primera.

En el centro de San Cristóbal podrás comprar billetes para las numerosas excursiones que se planifican hacia el resto del estado, como por ejemplo a las cercanas localidades de Zinacantán y San Juan Chamula o al yacimiento arqueológico de Palenque (imagen principal), ésta última a unas cinco horas en dirección norte. Hablamos de un epicentro del universo maya, de 2,5 kilómetros cuadrados y (según calculan los expertos) con numerosos edificios aún por descubrir por estar emplazados en plena Selva Lacandona; ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad, por supuesto.

Con época de esplendor entre los siglos V y IX, Palenque destaca por su imponente arquitectura y por sus centros ceremoniales: sobresalen el famoso Templo del Sol, el Templo de la Cruz Foliada y también el impresionante Templo de las Inscripciones, donde se descubrió el sarcófago del Rey Pakal y todo su completo ajuar funerario. Ten por seguro que no te dejará indiferente. Es posible ir y venir el mismo día desde San Cristóbal o, si lo prefieres, hacer noche en la propia ciudad de Palenque para disfrutar del conjunto arqueológico con calma y en todo su esplendor.

A nivel natural, Chiapas conforma una de las zonas más ricas y diversas de todo México: ríos como el Grijalva, enclaves montañosos como la Sima de las Cotorras, cascadas cristalinas como las del Chiflón, las de Agua Azul (arriba) o la de Misol-há, ya la referida selva, lagunas como las de Montebello y áreas protegidas como El Ocote son culpables de que el ecoturismo se haya implantado con fuerza en la región. Paisajes donde se combinan a la perfección los colores verdes y azul y en los que te toparás de lleno con la magia de la naturaleza virgen. Todo ello, sin duda, un auténtico paraíso para los amantes de los deportes de aventura.

Pero, a mi parecer personal, ninguno de ellos supera en majestuosidad al gran Cañón del Sumidero (abajo), un sorprendente acantilado con muros que sobrepasan los 1.200 metros de altura desde el fondo de la garganta; su relevancia histórica es tal que incluso forma parte del escudo de Chiapas. En 1980 fue declarado Parque Natural y a lo largo de sus 22 hectáreas de extensión alberga especies autóctonas de flora y fauna como el mono araña, el ocote, hocofaisanes o águilas arpías; también pinos y encinas de origen milenario que asisten impasibles al relato de tantas y tantas leyendas locales. La forma más común de contemplar la grandeza del Cañón del Sumidero es hacerlo en lancha motora desde el embarcadero de Chiapa de Corzo, dos horas de travesía en las que respirarás aire puro y disfrutarás de panorámicas de excepción.

Tras la merecida excursión, nada mejor que una visita al propio Chiapa de Corzo, otro precioso ‘Pueblo Mágico’ ubicado a poco menos de una hora desde San Cristóbal y que sobresale por su colorido y sus muestras de arquitectura colonial. No pierdas detalle de su mercado de artesanías.

Y para finalizar… ¿qué mejor que unas buenas recomendaciones gastronómicas chiapanecas? Mi plato chiapaneco favorito es el cochito, cerdo cocinado al horno que se adereza con especias y salsa de chile y que se sirve acompañado de cebolla y lechuga; aunque nada tiene que envidiar a la famosa Comida Grande de Chiapa de Corzo, un guiso elaborado con carne seca, manteca de cerdo y pepitas de calabaza, muy típico en las Fiestas de Enero de la ciudad; y los tamales, por supuesto, otra comida precolombina que en Chiapas adquiere su máximo esplendor. En lo que respecta a bebidas, muy típico de este estado es el pozol, una bebida de origen prehispánico que se prepara con cacao y maíz, de textura espesa. Sí, ¡todas estas delicias te encantarán!

Imágenes | ferrantraitediegograndiElis_BlancaCecolussi.