La nueva sede de la Fundación Henri Cartier-Bresson, más y mejor

07/01/2019

La obra de Cartier-Bresson está plagada de instantes sorprendentes. Como el que retrató su cámara al capturar a ese hombre brincando sobre el suelo mojado, grácil, elegante y con paraguas desplegado en mano, en el justo y preciso instante en el que una pareja se abrazaba inclinada al viento. Y de fondo, la Torre Eiffel, con su silueta recortada y misteriosa.

Precisamente de sorpresas es de lo que nos gusta hablar en Iberia: nos encanta que las grandes ciudades nos asombren con su trepidante sucesión de novedades. Es el caso, por ejemplo, de la recién estrenada sede en París de la Fundación Henri Cartier-Bresson, que para colmo de alicientes se halla en el concurrido barrio del Marais, cerca de equipamientos de su nivel como el Centro Pompidou, el Museo Picasso o las principales galerías de arte contemporáneo de la capital de Francia.

Nuevos museos de ParísCartier Bresson, figura mítica donde las haya de entre los fotógrafos que desfilaron por el panorama del siglo XX, hacía tiempo que merecía una sede a su altura. Esta ha llegado en forma de antiguo taller de coches en el número 79 de la rue des Archives que, con sus 900 metro cuadrados, dobla las dimensiones de su espacio predecesor (y está previsto que las obras continúen, de manera que el espacio acabe triplicándose). Tras una remodelación total, la Fundación Henri Cartier-Bresson ocupa dos plantas de estilo marcadamente minimalista, donde todo el protagonismo se lo lleva una colección permanente que, segura de sí misma, sabe hacerle hueco a las muestras temporales. Perennes o caducas, las futuras citas apetecen mucho; de las cuatro exposiciones anuales que propondrá la nueva fundación, una mostrará la herencia de Cartier-Bresson desde ángulos poco convencionales. La primera, a finales de 2019, se centrará en su viaje a China de finales de los 40.

Antes, y hasta el 10 de febrero de 2019, podrá verse la brillante retrospectiva dedicada a la gran Martine Franck. La que durante muchos años fuera mujer de Cartier-Bresson tuvo un perfil de lo más polifacético. En las artes fotográficas fue brillante: supo esperar siempre a que ocurriera lo impredecible. La muestra de sus instantáneas promete no dejar indiferente a quien la recorra, un motivo más para explorar la nueva sede de la Fundación Henri Cartier-Bresson en París. Tras esta primera exposición dedicada a Franck, la Fondation Henri Cartier-Bresson mostrará en sus nuevos espacios la obra de artistas como Guy Tillim o Wright Morris.

Para quien quiera seguir sus pasos, el cofundador de la Agencia Magnum nació en Chanteloup-en-Brie, en el departamento de Sena y Marne, cerca de París, y murió en Montjustin, una población en plenos Alpes de la Alta Provenza. Esta zona compone un viaje de lo más agradable, pues el departamento de Alpes de Alta Provenza goza de un impecable patrimonio, tanto natural como arquitectónico. Por un lado, cuenta con el conocido cañón del Verdon, las magníficas montañas alpinas, la Reserva natural geológica de Alta Provenza, la meseta de Valensole -con sus campos de lavanda- o los maravillosos lagos del Verdon. Por el otro, cuenta con bonitos pueblos y ciudades con mucha historia, como Manosque, Digne-les-Bains o Sisteron. Alpes de Alta Provenza también es perfecta para la práctica de senderismo, bicicleta de montaña o esquí, entre otros deportes.

Fue el propio Cartier-Bresson quien afirmó que “Describir es destruir, sugerir es crear”. Con estas líneas esperamos haber inspirado a alguien a volar a París, a regodearse en el nuevo reclamo que la Fundación Henry Cartier-Bresson supone para París.

Nota: La entrada cuesta 9 euros, cierran los lunes de rigor y ofrecen facilidades a colectivos especiales.

Foto de W. Van DomeraSimon Schoeters |Marita Acosta