Una variada arquitectura de primerísimo nivel edificada a lo largo de dos mil años de historia, uno de los anfiteatros más grandes de Europa y un río, el Adigio, que divide la ciudad en dos mitades que compiten por dilucidar cuál es más bella. Ah, y amor, claro, mucho amor. Con una introducción así, ¿quién puede resistirse a Verona?
Italia se ha convertido en una de las grandes apuestas del Grupo Iberia para este 2019, incorporando la ruta Madrid-Verona con tres vuelos semanales durante el mes de agosto: junto a la inclusión en su red de Bari y Génova, son ya catorce los destinos del país transalpino en los que opera. Hoy vamos a conocer la ciudad de Romeo y Julieta. ¡Despegamos!
Cualquier buena visita a Verona que se precie debe comenzar en la Piazza Bra, centro neurálgico de la ciudad y uno de los foros más grandes de toda Italia; no exageramos, sus dimensiones seguro te van a sorprender. Y no sólo destaca por su amplitud, también por los preciosos edificios que la complementan: el Palacio Barbieri (construido a mediados del silgo XIX en inconfundible estilo neoclásico, hoy sede del ayuntamiento) y el Palacio de la Gran Guardia (monumento que tardó más de dos siglos en completarse, pero que hoy deslumbra por la grandeza de sus trece arcadas y las exposiciones que alberga en su interior) son quizá los dos ejemplos que mejor circunvalan la Piazza Bra. Sus cafés y restaurantes (repartidos a lo largo de una acera de piedra rosada conocida como el Liston) permiten que se mantenga con vida durante todo el año, especialmente en verano, de ahí que se haya convertido en punto de reunión obligado para veroneses y visitantes. Disfrutarás de un gran ambiente.
Hemos hablado de los edificios que rodean la Piazza Bra, pero… hay otro que la preside desde el centro: se trata de la Arena de Verona (arriba), anfiteatro romano de grandes dimensiones (¡tiene capacidad para 30.000 espectadores!) y uno de los mejor conservados dentro de su estilo. Y ojo al dato: fue construido en el año 30, hace casi dos mil. Impresiona, ¿verdad? Ofrece una envidiable acústica, motivo por el que acoge desde 1913 el Festival de Ópera de Verona, cada verano, y también conciertos de grupos y artistas más contemporáneos; Umberto Tozzi, Paul McCartney o Deep Purple, entre otros muchos, han actuado en este escenario de película.
Paseando el por el casco antiguo llegarás hasta la Piazza delle Erbe (abajo), la más antigua de la ciudad. Cada mañana alberga un mercado de frutas y verduras (productores locales) y otras tiendas de souvenirs que otorgan movimiento y color a sus monumentos más reseñables: la Torre dei Lamberti, una antigua torre medieval de 84 metros de altura a la que se puede subir por escaleras o mediante ascensor para degustar imponentes vistas de Verona desde las alturas, el Palazzo Maffei, de estilo barroco, y, sobre todo, la fuente de la Madonnna Veronese, un símbolo capitalino en pie desde el año 380. No muy lejos también debemos destacar la Piazza dei Signori, coronada por la estatua en mármol de un pensativo Dante Alighieri, que vivió varios años allí.
Durante el recorrido por la parte antigua te toparás con templos religiosos como el Duomo di Verona (Cattedrale di Santa Maria Matricolare), construido en el siglo XII en estilo románico y dotado de gran colorido interior, la Iglesia de san Giorgio in Braida y la Basílica di San Zeno, quizá la más famosa de la ciudad por (siempre según la novela) ser el lugar donde se casaron en secreto Romeo y Julieta; más allá de lo estrictamente literario, sobresale por una fachada que se tomó como modelo para los posteriores edificios románicos de Verona y por su campanario de 72 metros de altura.
Aprovechando que ya han salido a colación, no podemos demorar más el hablar de Romeo y Julieta. Dicen que Verona es una de las ciudades más románticas de Europa, fama merecida por ser aquí donde se desarrolla la gran obra de William Shakespeare en la que Capuletos y Montescos desarrollan papeles protagonistas. En el número 27 de la Via Capello se ubica la (se supone) antigua casa de los padres de Julieta, con el celebérrimo balcón donde tiene lugar una de las escenas más conocidas de la obra; también es posible acceder al interior de la vivienda y conocer cómo eran las casas del siglo XVI, con estancias y mobiliario de época.
Para llegar al patio interior (arriba) donde se encuentra la casa tendrás que cruzar un pasillo en el que cientos y cientos de enamorados ha ido escribiendo sus mensajes de amor en mil y un idiomas, pasaje que precede a la no menos famosa estatua de Julieta, ya desgastada de tanto toqueteo: se dice que, si tocas su pecho derecho, encontrarás el amor y regresarás a Verona. Habrá que probar suerte, ¿no? Con toda esta parafernalia, no sorprende que con motivo de San Valentín se haya gestado el festival Verona in Love, que tiñe de rojo durante días las actividades que se desarrollan en la ciudad, desde mercados temáticos hasta una media maratón.
¿Y puede haber algo mejor que un precioso atardecer para mostrar tu amor a la persona que te acompaña? La mejor panorámica en este sentido la podrás disfrutar desde el Castel San Pietro, cruzando el río Adigio, sobre la propia colina de San Pedro. Visita obligada al caer la tarde.
Como puedes comprobar, pocos lugares en Italia y en Europa son tan proclives al amor como Verona; si a ello le sumas exquisitos monumentos y un casco antiguo de lo más encantador, hablamos de un destino de diez. En agosto, tres vuelos directos cada semana entre Madrid y Verona. ¡Déjate querer!
Imágenes | mmac72; Medvedkov; Flavio Vallenari; alxpin