Decir que Croacia es una de las perlas europeas cuando llega el verano no supone desvelar ningún secreto, pero no por ello deja de ser un país intrigante en muchos aspectos: un destino mediterráneo, pero también eslavo; y, al igual que ocurre en España, cuenta con unas playas de primer nivel y con un sorprendente patrimonio arquitectónico y cultural que se remonta a la antigüedad clásica.
Además de los dos vuelos semanales a la capital, Zagreb, Iberia ofrece conexiones en temporada estival con Dubrovnik, Split y, ahora, también con Zadar (dos frecuencias semanales durante julio y agosto, operadas por Iberia Express). Por lo tanto, y declarándome un gran fanático de Croacia, permíteme presentarte a Zadar, Zagreb y otras grandes joyas que embelesan a los visitantes año tras año.
Zadar
Ubicada en plena Costa Dálmata, a 90 minutos al norte de Split, Zadar es la ciudad más antigua del país, fundada en el siglo IX a.C. por una tribu iliria y conquistada y reconquistada por romanos, el Imperio Bizantino, la República de Venecia el Imperio Austrohúngaro y el Reino de Italia antes de convertirse en parte de Yugoslavia a raíz de la Segunda Guerra Mundial; desde 1991, ya dentro de una Croacia independiente.
Esta prolífica sucesión histórica se refleja en su barrio medieval amurallado y pavimentado con piedra blanca, así como en ciertos puntos de referencia como su foro y acueducto romanos o la diversidad de iglesias edificadas en estilos románico, gótico o renacentista veneciano. Sus museos están repletos de antiguas obras de arte, pero también hay maravillosas excepciones en lo que a contemporaneidad se refiere: sí, estamos hablando de una instalación artística que funciona con energía solar (el conocido como Saludo al sol) y un órgano marino construido en el año 2005, cuyos tubos se esconden bajo escalones de mármol y que suenan cuando son golpeados por las olas del mar. Pura magia, créeme. Zadar es una excelente base para descubrir playas cercanas como Borik, Diklo o Kolovare y también para disfrutar de parques naturales como el de Krka o el famosísimo Plitvice.
Zagreb
La modesta y hermosa capital de Croacia no se queda atrás en lo que a belleza se refiere. El centro histórico de la ciudad, donde podemos diferenciar el Gornji Grad medieval (Ciudad Alta) y el Donji Grad (Ciudad Baja) del siglo XIX, está unido por la plaza central Trg Bana Jelačića (arriba) y repleto de atractivos para el visitante: encontrarás numerosos edificios construidos entre los siglos XVIII y XX en estilos neobarroco, neoclásico y art déco que parapetan espléndidas avenidas y paseos de corte señorial; también merece la pena destacar la Catedral (tuvo que se reconstruida en estilo neogótico a finales del siglo XIX tras un incendio, pero que data originariamente del siglo XIII) el colorido mercado de Dolca y una excelente combinación de museos clásicos (historia, arqueología) con otros más inesperados (¿qué tal un Museo de las ilusiones o un Museo de las relaciones rotas?).
Zagreb ha recorrido un largo camino desde que la visité por primera vez en 1995, pues hoy en día luce con orgullo un importante ambiente artístico y una gran vida en la calle, con multitud de gente joven y diversos desfiles, festivales y eventos especiales durante todo el año. Y, si tienes tiempo suficiente, mi consejo es que reserves un par de días para conocer grandes espacios naturales como Lonjsko Polje, el Parque Nacional de Plitvice (arriba) o el Parque Nacional de Sljeme / Medvednica, así como encantadores pueblos como Krapina, Osijek, Samobor o Varaždin.
Dubrovnik
Sería absurdo negar que se trata del destino más famoso de Croacia, una imponente ciudad medieval en plena Costa Dálmata que se ha convertido en uno de los grandes reclamos turísticos de Europa. Podríamos empezar haciendo alusión a sus icónicas murallas como antesala a las decenas viviendas con tejados rojos, pero también a impresionantes monumentos como la Puerta de Pila, la Fuente de Onofrio o la columna de Orlando; no se quedan atrás otros monasterios franciscanos y dominicanos, la iglesia barroca de San Blasis o el magnífico Palacio Sponza, donde se celebran recitales de música en directo.
En verano, las calles suelen ser un hervidero de visitantes, al igual que los pubs y los clubes de baile que permanecen abiertos hasta bien entrada la madrugada, con zonas como la calle principal del casco antiguo (Stradun) donde disfrutarás de un gran ambiente en restaurantes en los que podrás saborear la exquisita gastronomía de la zona; el pescado fresco es uno de los platos más solicitados. El Summer Festival, por su parte, se celebra cada año del 10 de julio al 25 de agosto, un reclamo más para la gran oferta cultural de Dubrovnik.
Y, por supuesto, al estar junto al mar también tendrás la oportunidad de saborear hermosas playas y pequeños pueblos pintorescos a poca distancia de Dubrovnik, comenzando por la pequeña isla de Lokrum, a 15 minutos en ferry, y continuando por otros afamados rincones como Cavtat, Hvar (arriba) o Korčula.
Split
Fundada en el siglo VI a.C., la segunda mayor ciudad de Croacia exhibe orgullosa el hecho de que el emperador romano Diocleciano eligiera tener en Split su palacio de retiro construido en el siglo IV: considerado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto al conjunto histórico de la ciudad, este palacio no sólo es una de las ruinas romanas más completas y mejor conservadas del mundo, también se convirtió en una importante fuente de inspiración para el movimiento de arquitectura neoclásica que arrasó Europa a partir del siglo XVIII. Pasear entre sus paredes, tan monumentales como íntimas, supone una experiencia realmente extraordinaria que va más allá de la visita a un simple museo.
¿Más lugares importantes en Split? Podemos hablar del paseo peatonal remozado con palmeras que se extiende por el lado sur del palacio y la línea de costa, donde los locales acuden a pasear, hacer compras y aprovechar los diversos restaurantes y cafés al aire libre. Y, como era de esperar, el Museo Arqueológico de la ciudad es una auténtica joya.
Los más intrépidos también podrán disfrutar de interesantes excursiones de un día de Split, como el cercano Marjan Forest Park, en una colina al norte de la ciudad: aquí encontrarás una gran diversidad de actividades culturales y al aire libre, con playas como Bene y Kašjuni, famosas por sus aguas de color azul intenso. Si eres un amante de las playas, un poco más lejos encontrarás las de pequeñas ciudades como Bačvice, Ovčice o la Isla Brač, que cuenta con la mítica playa Zlatní Rat (arriba).
Fotos: DaLiu, xbrchx, Dreamer4787, Remedios, rusm, mbbirdy, DaLiu y mbbirdy | José Balido